El desamparo de los no diagnosticados: «quédate en casa y paracetamol»
Tres contagiados de coronavirus a los que no se ha realizado el test nos cuentan su experiencia; se sienten desamparados, apenas reciben atención telefónica
Los datos oficiales del Ministerio de Sanidad a fecha del viernes 27 apuntan a que ya existen más de 64.000 casos y 4.858 fallecimientos por coronavirus en España. Sin embargo, varios expertos apuntan a que los contagios reales podrían ser mucho mayores. Un ex alto cargo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte, concretamente, de que puede haber ya más de 600.000 personas con el virus.
Se trata de Daniel López-Acuña, exdirector de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la OMS, que señalaba este viernes en una entrevista a RNE que «es muy probable que el número real de personas infectadas por coronavirus sea diez veces mayor que el número de casos confirmados”. Esto supondría 640.000 contagios. Y el principal motivo es la falta de tests para a la mayoría de personas que presentan síntomas, que está llevando a muchos enfermos a permanecer en sus casas sin un diagnóstico concreto, solo especulativo.
Estos casos no se llegan a contabilizar en los positivos oficiales del Gobierno porque no están probados científicamente mediante los test. Debido al gran colapso de los hospitales, los médicos y enfermeras que atienden en el 061 a posibles infectados con síntomas indican que se “tiene un 90% o 99% de probabilidad de padecer el virus y que se debe permanecer en casa tomando paracetamol”.
Éste es el caso de Miguel de Diego, un joven de 32 años que vive en el barrio de La Latina, en Madrid. “El primer día me dijeron que me llamarían y nada. Al día siguiente la respuesta fue que me quedara en casa, que me controlara la fiebre y tomara paracetamol”, cuenta el madrileño a Economia Digital.
Con síntomas de fiebre y estado de cansancio, le diagnosticaron con un “90% de probabilidad” que tenía el coronavirus. “Se basan en si respiro bien o no para saber si debo ir a urgencias”, apunta el joven, que todavía recibe cada tres días una llamada de su centro de salud para saber cómo se encuentra. Uno de sus vecinos también presenta indicios de coronavirus pero —a pesar de formar parte de uno de los colectivos de riesgo por ser mayor de 70 años—, está siendo atendido en su casa de la misma forma, añade De Diego.
La incertidumbre es común en todos los casos
Pilar Ramón es una mujer de 64 años residente en Vallirana (Barcelona) a quien los números de atención sanitaria no respondieron hasta que ya se había recuperado. “Me sentí tirada porque intentas llamar y no te contestan en ningún sitio, ni siquiera en la mútua”, cuenta.
Antes del estado de alarma fue al hospital y le diagnosticaron faringitis: «Cuando la fiebre y el cansancio fueron a peor llamé al 061 y no me contestaron. En el 112 me dijeron que me llamarían y todavía estoy esperando”, relata. No tuvo más opción que meterse en la cama y esperar a que se le pasaran los síntomas. “El pasado martes conseguí hablar con el 061 y me dijeron que probablemente había pasado el coronavirus”, concluye.
“Después de cuatro días en casa con el virus tengo ansiedad porque realmente no nos dicen nada, no sabemos qué es lo que está pasando”, cuenta una joven de Badalona (Barcelona) de 27 años que lleva días siendo atendida por vía telefónica tras un diagnóstico aproximado. “Esta bien no ir al hospital porque está colapsado y hay gente que lo necesita más, pero yo creo que si me viera un doctor estaría más tranquila”, explica esta joven que ha preferido permanecer en el anonimato.
Una pregunta vuelve recurrentemente a su cabeza: “¿Qué diferencia hay entre la ansiedad, la falta de aire por un esfuerzo o la mala respiración por coronavirus?”. Reconocer los síntomas no siempre es fácil y sin test, los no diagnosticados viven en la incertidumbre. En su última atención telefónica, le han comunicado que podría estar desarrollando una sinusitis por la expansión de la congestión nasal a los ojos y la cabeza, pero tampoco se lo van a poder diagnosticar a ciencia cierta por el momento.
La falta de conocimiento, la incertidumbre y el no saber cuándo acabará su encierro mantiene en un desconcierto a las miles de personas que están pasando aisladas la enfermedad del coronavirus en sus casas. No tienen la suerte de algunos personajes públicos, como políticos, a los que se ha realizado test diariamente. Los no diagnosticados tampoco aparecen en las estadísticas pero son, probablemente, el grueso de los españoles que están sufriendo la Covid-19.