El comercio canta las cuarenta a Ada Colau
Los comerciantes reprochan a la alcaldesa haber demonizado al sector y proponen un consorcio público-privado para recuperar la confianza en el Ayuntamiento
El comercio barcelonés no está contento con las políticas de la alcaldesa Ada Colau y el gobierno municipal de Barcelona en Comú. Ese es un viejo desencuentro que este miércoles volvió a hacerse patente en la cuarta edición del Summit, la cita anual que organiza la asociación Barcelona Oberta, que agrupa a las principales asociaciones comerciales de los ejes turísticos de la ciudad.
La proliferación del top manta, la llamada «turismofobia» y el conflicto entre el consisitorio y el sector de la restauración son los tres problemas de los que el sector responsabiliza a Colau.
«Necesitamos recuperar la confianza en el Ayuntamiento», reclamó al final del acto el presidente de Barcelona Oberta, Gabriel Jené, que para ello propuso crear un consorcio público-privado de promoción comercial de Barcelona que permita gestionar «entre todos todas esas problemáticas antes de que se conviertan en «endémicas».
Lluvia de reproches a Colau
«Los empresarios somos parte de la solución, no del problema», reivindica la entidad en un manifiesto leído al final del acto, en línea con la opinión expresada por el representante del Gremio de Hoteleros de Barcelona, Eduard Torres, que llamó a combatir la desconfianza entre el sector público y el sector privado, y para ello, advirtió que hará falta «flexibilidad» por parte de unos y otros.
La sesión, en el que participaron representantes del sector y de los grupos municipales, evidenció la preocupación por la pérdida del tuirsmo de calidad, la degradación del espacio público o el aumento de la inseguridad, y estuvo salpicada de reproches al gobierno municipal, según informa Europa Press.
Reproches como, por ejemplo, los de las de la directora general del grupo Julià, Marian Muro, que advirtió al ejecutivo de Colau que «prohibir no es gobernar», en relación al Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos, la herramienta con la que el Ayuntamiento ha vetado la apertura de nuevos hoteles en el centro de la ciudad, y Juan Julià, fundador del hotel Axel, reclamó al ejecutivo de Barcelona en Comú que no siga «demonizando a determinados sectores económicos».
Por su parte, el portavoz de la plataforma Afectados por el Top Manta, Fermín Villar, responsabilizó al consistorio de haber generado un efecto llamada y volvió a exigir mano dura para poder freno a la venta ilegal, mientras que el director del grupo Iglesias, Juan Carlos Iglesias, pedía al gobierno municipal que gestione y se deje de ideologías «que no hacen ningún bien a la ciudad, y el presidente de Barcelona Global, Pau Guardans, abogaba por abordar los retos pendientes desde la sociedad civil porque el gobierno municipal, dijo, no lo está haciendo.
Colau, que no estuvo presente cuando se vertieron la mayoría de críticas —aunque sí su concejal de Comercio, Turismo y Mercados, Agustí Colom— clausuró la sesión de la mano de la consellera de Empresa y Conocimiento, Àngels Chacón.
La alcaldesa pidió «no perder de vista que, pese a las dificultades, la ciudad funciona muy bien y mantiene su capacidad dinámica, innovadora y de proyección», y admitió que hay «muchos retos por delante» y que, para lograrlos, será necesaria «la colaboración públicoprivada», aunque no aclaró si eso significa que acepta la propuesta del consorcio de promoción comercial.