El Cercle d’Economia se deja seducir por Albert Rivera
El lobby empresarial invita al líder de Ciudadanos y al presidente de Esquerra, Oriol Junqueras, a las jornadas de Sitges, pero no a Pablo Iglesias
El Cercle d’Economia quiere seguir fiel a sus principios. Pero se reinventa cuando lo cree oportuno. Con nuevos actores y propuestas en la vida política y económica española, el lobby empresarial que preside el economista Antón Costas, se ha dejado seducir por Albert Rivera.
Todavía no gobierna, pero puede hacerlo o facilitar mayorías de gobierno. Por ello, el Cercle le ha invitado en las jornadas económicas de Sitges, que se celebará, como cada año, en el último fin de semana de mayo.
Costas lo ha justificado: «No podemos ser autistas ante el nuevo panorama». Eso está claro. De hecho, la entidad ha sido en los últimos años de las pocas que ha actuado a contracorriente, ya fuera en el terreno político en Cataluña, mostrando un gran escepticismo ante el proyecto soberanista de Artur Mas, o defendiendo que las políticas de austeridad dictadas por la Comisión Europea podían ser contraproducentes.
El Cercle no quiere el morbo de Pablo Iglesias en Sitges
Sin embargo, el otro gran actor en la política española, Pablo Iglesias, el líder de Podemos, no estará en Sitges. No se le ha invitado. ¿Por qué? El Cercle no quiere titulares fáciles, ni el morbo de que la flor y nata del empresariado catalán pueda escuchar a la nueva referencia de la izquierda española.
Pero, a diferencia de otros años, el Cercle sí ha querido contar con Oriol Junqueras, el líder de Esquerra, marginado en otras ediciones. La intención es reflejar el debate político, y que los protagonistas expliquen sus programas económicos, desde la convicción, como explica Costas, de que «conocer antes los proyectos de cada uno, facilitará los pactos electorales, en un ciclo electoral que nos llevará hasta finales de este año».
Recuperación no sólo con reducción de salarios
Esa es la idea. Las jornadas económicas de Sitges llegarán justo después de las elecciones municipales del 24 de mayo. Y tendrá la oportunidad de explicar lo sucedido el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que clausurará las jornadas, inauguradas por el President Artur Mas. También estará el líder del PSOE, Pedro Sánchez, en el que será su estreno en Sitges.
Esos serán los protagonistas, pero ¿qué desea el Cercle d’Economia? En un momento de recupeación económica, el lobby empresarial reclama que el esfuerzo para mejorar la competitividad no se concentre ya en la reducción de costes, con menores salarios. La idea es que sean las propias empresas las que expliquen qué están haciendo, y cómo pueden generar un mayor crecimiento apostando por la inversión, la innovación y lo que se ha denominado como «la nueva revolución industrial, con la incorporación de la robótica inteligente».
Contra la corrupción
Y para explicar lo que ha sucedido desde la crisis, se ha invitado a un auténtico gurú: Martin Wolf, la gran referencia del Financial Times.
Uno de los que tendrá mayor predicamento es Josu Jon Imaz, el consejero delegado de Repsol, uno de los políticos que generó mayor respeto en su etapa como dirigente del PNV, y que ha sabido transformarse en uno de los grandes ejecutivos de la empresa española.
El Cercle ofrecerá, justo antes de las jornadas, el martes 26 de mayo, su posición sobre el actual clima político y económico. La determinación del lobby empresarial, que fue clave a finales de los años cincuenta para modernizar la estructura económica de España, engarzando el empresariado catalán con el del resto de España, es combatir la corrupción «como un imperativo económico», en palabras de Costas. Es decir, para el buen funcionamiento de,la propia economía, atajar la corrupción es vital.
O elecciones o plebiscito
En el debate en la política catalana, el Cercle sigue donde ha estado en los últimos meses, mostrando firmeza ante el Govern de la Generalitat. Costas ha asegurado que no entiende que las elecciones del 27S puedan tener un carácter plebiscitario sobre la independencia de Cataluña.
«El término plebiscito no casa bien con el de elecciones». Y ahí ha decidido detenerse, evidenciando que la apuesta del Cercle es otra. «Si se produce en algún momento, la consulta que se pide en Cataluña deberá ser legal, acordada e informada, es decir, con todos los elementos de juicio».