El caso Palau aún se encuentra en el juzgado de instrucción
Se está pendiente de recibir el escrito de defensa de una de las empresas que se encargaban de los buzoneos electorales de CiU antes de que la Audiencia Nacional fije en las próximas semanas la fecha del juicio oral
El caso interminable. El próximo 23 de julio se cumplirán siete años del registro de los Mossos d’Esquadra en el Palau de la Música, pero el caso sigue en el Juzgado de Instrucción número 30 de Barcelona a la espera que se resuelvan los últimos trámites.
El 24 de julio del año pasado, el juez José Julián García de Eulate, el cuarto instructor que ha tenido esta causa, dictó auto de apertura de juicio oral, pero todavía está pendiente de recibir los escritos de defensa de empresas a las cuales se reclaman responsabilidades civiles subsidiarias en el saqueo del Palau de la Música.
Empresas ilocalizables
Fuentes judiciales indican que algunas empresas no se ha podido localizar. Concretamente, se refieren a las empresas que se encargaban de la distribución de los sobres con papeletas electorales y publicidad de CiU, de los buzoneos electorales, que presentaron concurso de acreedores y acabaron liquidándose.
Estas empresas facturaban al Palau de la Música, aunque no hay constancia que realizaran ningún trabajo para esta institución cultural. La Fiscalía mantiene que eran proveedoras de Convergència y emitían facturas falsas al Palau.
Los señalamientos suelen hacerse a más de un año vista
Las fuentes consultadas indican que el juzgado de instrucción enviará el caso a la Audiencia de Barcelona en las próximas semanas. A continuación, la Audiencia señalará la fecha de inicio del juicio oral.
No obstante, estas fuentes advierten que los señalamientos de juicios se están fijando en un plazo superior al año y que, por la complejidad del caso, Fèlix Millet, Jordi Montull, Daniel Osàcar –ex tesorero de Convergència– y los otros trece inculpados no se sentarán en el banquillo de los acusados como mínimo hasta la próxima primavera.
La necesidad de encontrar un calendario idóneo para un juicio que se prolongará durante semanas o incluso meses puede provocar que todavía se demore más su inicio.