El calendario de la república catalana: del otoño caliente al 29-M
Sectores soberanistas quieren que las elecciones municipales de mayo de 2019 sirvan de trampolín para la independencia de Cataluña
La fecha del 26 de mayo de 2019 está marcada en rojo en el calendario de buena parte del mundo independentista. Es el día de las elecciones municipales y cada hay más dirigentes soberanistas convencidos de que se trata de una ocasión magnífica para culminar lo que ellos llaman «el mandato del 1 de octubre»: hacer efectiva la república catalana.
Los cerebros del independentismo no olvidan el precedente histórico del 12 de abril de 1931, cuando ERC se alzó con la victoria de las municipales en Cataluña. Dos días después de aquel triunfo, Lluís Companys proclamó la república catalana de una presunta confederación ibérica.
El hito de Companys es un gran aliento para los soberanistas que quieren decir adiós a España. Ninguno tan destacado como Carles Puigdemont, que fue de los primeros en arrepentirse de no haber llevado el desafío rupturista hasta las últimas consecuencias durante el convulso mes de octubre de 2017. El entonces president suspendió la declaración de independencia de Cataluña instantes después de proclamarla en el Parlament. «Si pudiera volver atrás no suspendería la proclamación de la independencia», afirmó el pasado mes de marzo.
Las palabras de Puigdemont, huido y decidido a enconar el enfrentamiento con las instituciones del Estado, alimentaron al independentismo que defiende actuar a las bravas. Es el caso de la ANC, de todo el movimiento que rodea a Puigdemont —llámese Junts per Catalunya, llámese Crida— y de grupúsculos como Demòcrates de Catalunya (la escisión independentista de Unió integrada en ERC).
El calendario sobre la mesa
Estos últimos han sido los primeros en desvelar el calendario que los partidos y las entidades soberanistas tienen sobre la mesa. Todos ellos han llegado a la conclusión de que es imprescindible un otoño caliente para subir la temperatura política y social en Cataluña. “No podemos poner en duda que el mandato del 1 de octubre está vigente y es insobornable», ha dicho el líder de Demòcrates, Toni Castellà.
Los motores del independentismo se pondrán en marcha durante la Diada de Cataluña (11 de septiembre), seguirán a todo rendimiento durante la conmemoración del fatídico 1 de octubre y acabarán de exprimirse durante el juicio a los dirigentes soberanistas procesados por el fallido intento rupturista.
Todo ello contribuirá, aseguran los estrategas soberanistas, a situar a Cataluña ante «una nueva oportunidad» para hacer efectiva la república catalana. Pero necesitan un pretexto, un motivo para pasar por las urnas y ya lo tienen. Su previsión es elaborar algo parecido a una Constitución catalana y someterla a votación para, esta vez sí, aprobarla sin vuelta atrás. La fecha más propicia, consideran, es el 29 de mayo, el día de las elecciones municipales.
El gobierno de Quim Torra guarda silencio sobre estos planes. No quieren pasar por ningún trance legal de momento. De hecho, Torra no tiene previsto a exponerse a ningún castigo judicial por el momento. Antes, Puigdemont tiene que mover sus hilos para desplegar el llamado consejo de la república y esperar a ver cómo se calienta el clima en Cataluña. Sólo entonces volverá el vértigo.