El brexit da oxígeno al independentismo catalán
En el Reino Unido, Escocia e Irlanda del Norte se plantean nuevos referéndums para poder seguir en la UE, y alimenta el soberanismo en España, al calor de la inestabilidad europea
El Reino Unido se puede descomponer. Los resultados del referéndum muestran cómo la permanencia en la Unión Europea ha ganado ampliamente en Escocia e Irlanda del Norte, y el brexit ha ganado en la pequeña Inglaterra, la Little England y País de Gales. De inmediato, en Escocia y en Irlanda del Norte se ha planteado la posibilidad de referéndums para decidir de forma soberana, y eso ha inyectado oxígeno en el independentismo catalán, que quiere resucitar y que sigue dándole gracias al ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, tras conocerse que presionaba a la Fiscalía para investigar a los dirigentes independentistas.
La primera ministra escocesa y líder del Partido Nacional Escocés (SNP), Nicola Sturgeon, consideró, horas después de conocer los resultados del brexit, que es «altamente probable» convocar un segundo referéndum de independencia. Si en 2014, el no a la salida del Reino Unido ganó la batalla, por diez puntos de diferencia, ahora el resultado podría ser muy distinto. Precisamente, el principal argumento de los contrarios a la independencia de Escocia fue que el país quedaría fuera de la UE, pero ha sido el Reino Unido el que ha decidido ahora dejara las instituciones europeas.
Esa es la gran paradoja, que los políticos independentistas catalanes no dejaron de aprovechar. El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont consideró que se trata «de una oportunidad para las naciones sin Estado», y que el Reino Unido ha muestro sobre la mesa «un ejercicio de soberanía, sin que el resto de la UE haya participado».
La fuerza de lo que pueda ocurrir, a partir de ahora, en el Reino Unido, es de suma importancia para el soberanismo en España. En el caso catalán, se desea aprovechar todas las grietas, en un momento en el que los partidos independentistas habían perdido fuelle. En el caso del País vasco, la dinámica es distinta, porque el PNV va con sumo cuidado, y la izquierda abertzale justo ahora trata de copiar el modelo catalán, con consultas simbólicas que tan poco han generado mucha participación.
Mejor o peor con una Europa agitada
Lo que se plantea tiene una doble lectura. ¿Podrá tener mayor o menor visibilidad lo que plantea el soberanismo catalán? A juicio del secretario general del Diplocat, de la Generalitat, Albert Royo, el soberanismo tendrá una mejor entrada en Europa en momentos de estabilidad. Así lo ha reflejado en intervenciones públicas recientes. Y lo que pasará ahora es todo lo contrario.
Sin embargo, es en esos momentos, con las aguas agitadas, cuando se puede poner en cuestión todo el orden europeo. Es lo que defiende el vicepresidente de la Generalitat, y líder de Esquerra, Oriol Junqueras, que ha advertido de que «todo está muy abierto, tanto en España, como en Cataluña y en Europa, y se pueden dibujar diferentes escenarios».
A las puertas de Bruselas, se podrían acercar para convocar otro referéndum sobre la pertenencia a la UE países como Francia, Holanda o Austria, con partidos de ultraderecha. Pero el embrollo sobre un referéndum de autodeterminación, que es lo que quiere el independentismo catalán, presenta una realidad muy próxima: las elecciones al Congreso en España de este domingo.
Vagar por el espacio sideral ya no es un argumento, o sí
Aunque Podemos ha decidido aparcar esa petición, en sus posibles negociaciones para formar gobierno con el POSE, podría surgir de nuevo si se necesitan los votos de Convergència o de Esquerra Republicana, al calor de lo sucedido en el Reino Unido.
Junqueras, que recibió un serio varapalo en un debate con el socialista Josep Borrell en 8tv esta semana, sobre la pertenencia de una Cataluña independiente en la Unión Europea, tuvo en las anteriores elecciones del 20 de diciembre un debate más afortunado con José Manuel García-Margallo. Y Margallo le espetó de nuevo una expresión de la que hace mofa ahora el independentismo. Se trata de la «posibilidad de vagar por el espacio sideral durante siglos», si Cataluña quedara fuera de la Unión Europea. Eso ya no es un argumento tan fuerte, visto que el Reino Unido acaba de decidir su salida.
Otra cosa será la evolución de las negociaciones, y las pérdidas económicas de las empresas británicas. Si eso es perceptible a corto y medio plazo, el Gobierno español tendrá claros argumentos para defraudar las expectativas del independentismo catalán.
La reunificación de Irlanda
La otra experiencia que le sirve al soberanismo es la de Irlanda del Norte, que es, también, muy distinta. Aunque el republicanismo irlandés pide la reunificación del país desde 1922, ahora tiene un poderoso imán: Irlanda del Norte ha votado ampliamente a favor de permanecer en la Unión Europea. El líder del partido republicano irlandés Sinn Fein, Martin MacGuinness, aprovechó para pedir «a la gente del Norte tener voz sobre su propio futuro».
El problema es que la división religiosa y de origen se ha reproducido en esa votación, y los protestantes se han decantado por el brexit, mientras que los republicanos católicos lo han hecho por seguir en la UE, y la mayoría en el referéndum no se podría trasladar de forma automática en un referéndum para la reunificación de la isla. Pero la petición cobra ahora mucha más fuerza, aunque la ministra principal de Irlanda del Norte, Arlene Foster, se adelantó para rechazar de inmediato que se pueda realizar.
En ese mar político agitado, que ha provocado el referéndum que convocó el ya dimitido David Cameron en el Reino Unido, quiere sacar tajada el soberanismo catalán, que se veía muerto en los últimos meses. Ahora dependerá de sus resultados este domingo. Pero la fuerza política que puede ganar las generales en Cataluña, En Comú Podem, también pide ese referéndum que significaría reconocer a Cataluña como un sujeto jurídico y político propios.