El botín de la Guardia Civil en Unipost: más de 30.000 cartas «sospechosas»
El cuerpo policial halla el material que debía servir para repartir la convocatoria de asistencia a las mesas electorales
El registro que la Guardia Civil practica a las sedes de Unipost desde las cuatro de la mañana ya cuenta con el botín buscado. Si en los últimos días se había incautado más de 1 millón de panfletos y carteles, este martes el cuerpo halló más de 30.000 cartas “sospechosas” de tratarse de material necesario para la celebración del referéndum del 1-O.
Fuentes de la compañía de servicios postales de la familia Raventós admiten que el cuerpo policial bloquea un palé en la sede de la empresa en Terrassa en el que se podría encontrar la correspondecia para la convocatoria de asistencia a las mesas electorales de la votación promovida por la Generalitat.
Sin embargo, las misivas se mantienen todavía en las instalaciones de Unipost debido a la falta de un distintivo claro en el exterior que delate su vinculación con el 1-O. A falta de una orden judicial, abrir las cartas para comprobarlo sería una vulneración del derecho al secreto de correspondencia.
La Guardia Civil identifica a los trabajadores y revisa la correspondencia que se disponen a repartir
La Guardia Civil también registró las dependencias de la compañía de servicios postales en L’Hospitalet de Llobregat sin encontrar ningún tipo de documentación. Además, también se dedica a identificar a todos los trabajadores y revisar la correspondencia que se disponen a repartir.
Propiedad de la familia catalana Raventós, Unipost fue la empresa que se encargó de repartir la propaganda y documentación de la consulta del 9-N. Actualmente se encuentra en concurso de acreedores con una deuda cercana a los 50 millones de euros.
Hace una semana, fuentes de la empresa aseguraron a Economía Digital no haber recibido «ningún tipo de solicitud específica» para colaborar con la consulta.