Las autonomías desconfían de los pocos controles de salud a turistas
El gobierno canario advierte de que un nuevo brote golpearía su industria turística y crearía una mayor “desconfianza” sobre un sector ya muy dañado
El plan piloto aprobado por el Gobierno para evaluar la llegada de visitantes alemanes a las Islas Baleares y programar cómo va a ser la apertura total de las fronteras españolas una quincena más tarde ha dejado inquieras a las autonomías, muchas dependientes por completo del turismo y vulnerables a un nuevo golpe del coronavirus.
En Canarias, donde el turismo representa el 40% del PIB, su presidente Ángel Víctor Torres pidió ayer, viernes, que todos los turistas se sometan a un test en el origen, antes de viajar. “Un test serológico que cuesta 20 euros debería hacerse antes de subirse a un avión a pasar unas vacaciones, si no se consigue que se hagan en origen, los haremos en destino”, aseguraba Torres a la Cadena Ser.
El archipiélago todavía recuerda los primeros casos que recibió del virus de Wuhan, que hicieron poner en cuarentena un hotel. El territorio canario sabe que un rebrote de esa magnitud golpearía una industria turística demasiado dañada ya y generaría “desconfianza”.
Cataluña tampoco no acepta la vía establecida para Baleares y reclama que sea Europa “quien homologue, active y opere de manera conjunta” el turismo. “Apostamos por una reapertura del turismo homogénea y con criterios comunes en todo el continente”, alegó el viernes David Font, director de la Agència Catalana de Turisme.
Así será la llegada de los turistas a Mallorca
España en su conjunto trata de reponer la industria turística y llegar a un equilibrio entre la economía y la seguridad en la salud. Algo relevante teniendo en cuenta que el 28% de los ERTE en España se han producido en este sector, afectando a 929.855 trabajadores.
Los alemanes que llegarán el lunes a Mallorca no deberán pasar por una cuarentena ni tampoco hacerse ninguna prueba de coronavirus, según La Vanguardia. Las medidas que deberán seguir al aterrizar pasarán por una toma de temperatura antes de rellenar un formulario sanitario. Y será imprescindible también dar su autorización para que se les realice un seguimiento de su actividad en la isla balear.
Los aeropuertos instalarán cámaras termográficas para controlar la temperatura de los viajeros —según anunció el Ministerio de Fomento— pero todavía se desconoce qué pasará en el caso de los visitantes que lleguen en otros medios de transporte, como el tren o un vehículo privado. El Gobierno sigue debatiendo sobre el tema y baraja añadir nuevas medidas, como las pruebas de la Covid-19 en origen.