Criticar a ERC tiene un coste: dimite el director de la fundación de CDC
Agustí Colomines, uno de los intelectuales del soberanismo, abandona el cargo
El baile ha comenzado. Los movimientos internos en Convergència, siempre lentos, siempre tímidos, pueden emerger ahora con fuerza. La percepción de que el President Artur Mas puede chocar contra un muro, ha llevado a algunos dirigentes de CDC a pensar en algunas alternativas. No hay nada concreto. Simplemente un malestar que podría derivar en la exigencia clara de un congreso extraordinario.
Esa misma tensión ha provocado, tras sus críticas al papel que está ejerciendo Esquerra Republicana, la dimisión de Agustí Colomines, uno de los intelectuales más influyentes en el entorno de Artur Mas que dirigía la fundación de CDC, CatDem.
Dimisión acordada con Mas
Hay nervios. Y Colomines lleva expresando sus dudas en los últimos editoriales de la fundación. Este miércoles ha anunciado que deja el cargo para volver a la Universidad de Barcelona, donde se incorporará a la cátedra Josep Termes sobre liderazgo, identidades y ciudadanía. Colomines explica, en una carta, en la web, que ha tomado la decisión “de común acuerdo” con el President Mas.
Asegura que han sido unos años muy importantes, desde que accedió al cargo, en 2007, para “vivir de cerca” el proceso de renovación que ha llevado al catalanismo hacia posiciones soberanistas. Él, personalmente, ha sido uno de los intelectuales de Mas, que, desde posiciones federalistas, han abrazado el independentismo.
Esquerra no conoce la «realidad»
Pero la imputación de Oriol Pujol por el caso ITV, ha sido uno de los elementos decisivos del distanciamiento de Colomines, porque consideró que se trataba de un golpe muy duro para todo el proceso político. La crítica de Colomines, sin embargo, se centra en la imposibilidad del acuerdo, a su juicio, entre CiU y ERC.
Los reproches a Esquerra han sido constantes en las últimas semanas, porque entiende Colomines que a Oriol Junqueras sólo le mueve el cálculo electoral, y que no ha querido comprometerse con el presupuesto de la Generalitat de 2013, a pesar de conocer “la realidad del país”.
Y, claro, esas críticas han incomodado a dirigentes de CiU y, especialmente, a la dirección de ERC. La baja de Colomines es un golpe importante para el proyecto político de Artur Mas. Porque, con él al frente de CatDem, Convergència buscaba ampliar su base electoral, y difundir ese cambio ideológico hacia el independentismo.
Duran, siempre Duran
Las aguas en el interior de Convergència se mueven, como siempre de forma lenta, pero el proyecto de Mas comienza a tener serios problemas. A ello hay que añadir las constantes advertencias de Josep Antoni Duran Lleida. Este mismo jueves, Duran ha reclamado, desde Madrid, que la Generalitat se centre en la reactivación económica, y que no pasaría nada si se aplaza la consulta soberanista, prevista para 2014. En Esquerra esas palabras molestan. Y ahora quien dirige los destinos de la Generalitat se llama Artur Mas, pero, en la práctica, es también Oriol Junqueras.