Alerta en Portugal: el pollo se dispara un 30% en solo una semana
El pescado sufre el proceso contrario ante el cierre de mercados y restaurantes, con significativas caídas en el precio de venta en subasta
El desabastecimiento de pollo y cerdo podría empezar a ser una realidad en Portugal si la situación de parálisis para hacer frente al coronavirus se extiende. El precio del producto se ha disparado entre un 10 y un 30% en los establecimientos lusos, puesto que la mayoría del género procede de España.
El kilo de pechuga de pollo en carnicerías de Portugal se vendía a 4,99€ a principios de marzo, y ha subido hasta los 6.49€ (+30%) este fin de semana. El lomo de cerdo, que costaba 4.99€/kg en los pequeños establecimientos, ahora se vende a 5.99€.
La especulación nada tendría que ver con la subida, ya que incluso los carniceros habrían intentado absorber parte de los aumentos. Según publica Jornal de Noticias, empiezan a escasear carnes como el pavo, y solo el novillo ha mantenido estabilizado el precio porque sigue habiendo producción.
El país vive una situación de incertidumbre, también con las frutas y verduras, ya que una parte significativa del género es importado. Los pescadores tampoco pueden llevar producto fresco a los mercados de Portugal, por el cierre de estos, así como los de restaurantes y otros eventos culinarios.
Pescado, más barato
A pesar del cierre de mercados, los precios del pescado siguen a la baja en la mayoría de subastas del país. Los peces grandes como el mero han sufrido una caída importante, puesto que han pasado de los 35€ por kilo a los 15€. Sin establecimientos de venta y con los restaurantes cerrados, los pescadores piden ayuda al gobierno de Portugal para deshacerse de todo el género.
Muchos pescadores se han visto obligados incluso a comprar su propio pescado y venderlo de puerta a puerta, para intentar salvar su género antes de que se eche a perder. En los grandes mercados de suministros, muchos mayoristas abrieron puertas para que consumidores compraran el género de frutas y verduras que se dejarán de vender con mercados, ferias y restaurantes clausurados.