Los médicos mirarán la esperanza de vida para decidir a quién salvan
La crisis sanitaria derivada de la pandemia de coronavirus obliga a Sanidad a actualizar los protocolos y considerar las posibilidades de supervivencia
Rebasada la barrera de los 800 fallecidos por coronavirus, el sistema sanitario español se prepara para afrontar lo que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, tildó este jueves como la parte más «difícil» de la pandemia. Los hospitales se preparan para una saturación que se incrementará en las próximas semanas, por lo que ya han renovado sus protocolos de actuación para evitar el colapso. Hasta la fecha, más de 18.000 personas han contraído el SARS-CoV-2 en España.
El Grupo de Trabajo de Bioética de la Sociedad Española de Medicina Instiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc) emitió un extenso comunicado en el que establece una serie de criterios tanto técnicos como éticos para afrontar lo que definen como situaciones de «medicina de catástrofe».
El equipo de la Semicyuc explica que dará prioridad en función de las posibilidades de sobrevivir del paciente. «Admitir un ingreso puede implicar denegar otro a otra persona que puede beneficiarse más, de forma que hay que evitar el criterio ‘primero en llegar, primero en ingresar'», sostiene en la nota.
Según sus explicaciones, el dilema ético ahora está en «cómo proteger a las personas vulnerables» mientras se permite «la mayor cantidad de vida normal y actividad económica».
En especial, se va a «valorar cuidadosamente el beneficio de ingreso de pacientes con expectativa de vida inferior a dos años». La edad no será, «en ningún caso», el «único elemento a considerar en las estrategias de asignación». El texto propone que se evalúe a los pacientes «de forma global y no la enfermedad de forma aislada».
Cuatro prioridades para la UCI
La Semicyuc explica que seguirán cuatro prioridades de clasificación a la hora de asignar pacientes en las UCI. En primer lugar, se admitirán a aquellas personas en estado crítico e inestables que necesiten tratamiento intensivo y monitorización. En segundo lugar, aquellos que necesiten de monitorización e intervención inmediata.
El tercer criterio a seguir será la admisión de pacientes con pocas posibildades de recuperarse por su enfermedad de base o por la aguda y por último a los que tengan un beneficio mínimo o improbable. A los enfermos de estos dos últimos grupos, por otro lado, «se tenderá a no ingresar en las UCI».
Asimismo, el comunicado estipula 24 medidas para la toma de decisiones en situaciones «excepcionales», entre las que sobresalen la retirada terapéutica en casos con complicaciones o no ingresar a enfermos de los que se espera un «beneficio mínimo».