Las comunidades diseñan el desconfinamiento al margen del Gobierno

Tal como sucedió antes del estado de alarma, algunas autonomías quieren relajar las medidas de confinamiento al margen de las decisiones de Moncloa

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Aunque todavía quedan semanas de reclusión obligatoria en el hogar, el debate del desconfinamiento se abre paso en España y, al igual que sucedió al inicio de la pandemia del coronavirus, cada comunidad autónoma comienza a realizar sus planes al margen del Gobierno, a pesar de que Pedro Sánchez ostenta el mando único de la crisis.

El rápido avance de la enfermedad llevó a varios gobiernos autonómicos a tomar decisiones unilaterales antes de que, finalmente, el Gobierno decretara el estado de alarma el 14 de marzo y, con él, el confinamiento de la población a nivel nacional.

Algunas comunidades vuelven ahora a marcar su propio camino para el desconfinamiento, ignorando al Gobierno, tal vez porque se niega a dar pistas sobre sus planes (si es que los tiene).

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha optado, nuevamente, por la vía unilateral y ya trabaja en un dispositivo para el regreso escalonado a la normalidad al margen del mando único de la pandemia. Lo mismo hacen los gobiernos de Islas Canarias e Islas Baleares, mientras Sánchez guarda silencio.

El Ejecutivo no tiene por el momento la menor intención de avanzar sus ideas respecto al desconfinamiento al menos hasta mediados de la próxima semana; es decir, después de Semana Santa.

La portavoz del Gobierno, María Jesús Montero se limita a explicar que hay grupos de trabajo conformados por sanitarios y técnicos que están haciendo modelos con los datos diarios y semanales desde que la pandemia llegó a España para tomar una decisión sobre el regreso a la normalidad, pero insiste en que el Gobierno todavía necesitan tiempo para concretar medidas para desesperación de las empresas.

El gabinete de Sánchez argumenta que, con este silencio sobre la desescalada del estado de alarma, lo que busca es evitar conjeturas. «No queremos desarrollar ningún tipo de especulación para no generar confusión», dice la ministra portavoz. «Transmitiremos las decisiones técnicas en cada momento. Tenemos que dar instrucciones claras en el momento en que esas decisiones sean tomadas», es todo que puede aportar.

Cataluña, Canarias y Baleares con calendario propio

Mientras el Gobierno se niega a desvelar su hoja de ruta para el regreso a la normalidad, el Govern de Quim Torra ha fichado al especialista en enfermedades infecciosas Oriol Mitjà para que redacte un informe con la estrategia a seguir una vez cese la orden de confinamiento de la población. Mitjà ha sido crítico con la gestión de Sánchez de la crisis sanitaria y hace unas semanas exigía el confinamiento total de la población, así como «medidas más drásticas para minimizar el impacto de la pandemia», señalando que las tomadas hasta entonces eran «insuficientes».

El president Torra le propuso a título personal como asesor durante la emergencia provocada por la pandemia. El ejecutivo catalán ha dado a Mitjà la misión de elaborar en dos semanas un informe sobre cómo debe ser el desconfinamiento. Su tarea es clarificar en qué orden se debe recuperar la actividad social y económica sin perder el control de la infección.

Como parte de ese mismo plan, la Generalitat quiere realizar test masivos: en total, 170.000 pruebas PCR (las más fiables) en un mes y medio. El planteamiento del gobierno catalán consiste en realizar «un cribaje masivo de la población» que permitirá «aislar mejor a los enfermos y reducir las tasas de infección». 

Baleares trabaja de forma similar a Cataluña. La presidenta del Govern balear, Francina Armengol, ha mantenido reuniones con profesionales sanitarios para pedirles que le trasladen propuestas para el desconfinamiento, al margen de las que se vayan a proponer cuando Moncloa sienta que es el momento adecuado para hacerlo.

Armengol apuesta por relajar las estrictas medidas de distanciamiento social por medio de «estrategias sanitarias para seguir protegiendo adecuadamente a la población y para hacer de una forma ágil y eficiente el retorno a la normalidad lo más rápido posible».

Algo parecido se está analizando en Canarias, aunque con una importante diferencia: el presidente canario, Ángel Víctor Torres, se ha propuesto negociar su dispositivo de desconfinamiento con Sanidad. Dado el menor número de casos y su situación geográfica, Canarias pide un calendario propio para levantar de forma gradual las medidas del estado de alarma.

«Dada la singularidad geográfica y sanitaria de nuestras islas, se ha creado una comisión dentro de la propia dirección general de Salud Pública que va a negociar, a discutir con el Gobierno central de qué manera nosotros podríamos desconfinarnos a un ritmo distinto al de muchas otras comunidades autónomas», explicó este martes el portavoz del comité científico encargado del asesoramiento al Gobierno canario, Luis Serra-Majem.

La gestión: ¿descentralizada o caótica?

En los días previos al anuncio del estado de alarma desde la Moncloa, los ejecutivos de autonomías como Cataluña, Murcia, Andalucía, Madrid y País Vasco valoraron o directamente ordenaron medidas de confinamiento en partes de sus territorios que pocos días después se extendieron a todo el país.

Si Sánchez dio el paso adelante con el confinamiento el 14 de marzo, Quim Torra había hecho lo propio dos días antes en Cataluña (primero en Igualada y tres localidades cercanas, y después en toda la comunidad). El lehendakari Íñigo Urkullu declaró, por su parte, la emergencia sanitaria un día antes, abriéndose a la posibilidad del confinamiento de poblaciones en País Vasco. Murcia también tomó la decisión de confinar todos los municipios costeros el día 13, mientras Andalucía proyectaba esa misma noche una «posible orden» con las mismas características para evitar que los ciudadanos salieran de sus casas salvo para lo esencial.

Sánchez asumió el «mando único» de la crisis de la pandemia días después de que las autonomías comenzaran la guerra por su cuenta contra la pandemia, aunque Torra seguió pidiendo el confinamiento de Cataluña todavía la siguiente semana, dando una muestra más del irreductible interés por gobernar a su aire.

El Gobierno, por su parte, sigue con su plan de evitar la confrontación con los presidentes autonómicos mientras las contradicciones se amontonan.

 

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