El Gobierno estudia permitir los ERTE tras el estado de alarma
El Ejecutivo estudia junto a los empresarios la posibilidad de extender el periodo para aplicar los despidos colectivos tras el estado de alarma
El Gobierno instó a las empresas al principio del estado de alarma a aplicar expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) para minimizar el daño de la crisis del coronavirus y evitar así la destrucción definitiva del tejido laboral. Una opción que planea extender más allá del confinamiento para amortiguar aún más unos meses, marzo y abril al menos, que el propio presidente, Pedro Sánchez, dio por perdidos.
Por el momento, el Ejecutivo estudia cómo sería prorrogar los despidos temporales junto a la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). Su presidente, Antonio Garamendi, ha reclamado con insistencia la activación de estos mecanismos.
Los ERTE se acabarán, en principio, el mismo día que el Gobierno levante el estado de alarma. No obstante, según informan fuentes empresariales a El Confidencial, los empresarios reclaman que al menos se puedan seguir aplicando los expedientes en determinados sectores.
El mercado laboral ya sufrió un duro revés con los últimos datos de marzo. La afiliación a la Seguridad Social cayó en 834.000 personas mientras que el número de desempleados creció en 302.000. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, calificó estas cifras como «tremendas»; las peores registradas en la serie histórica.
Los pronósticos para abril no llaman al optimismo. Con las medidas de distanciamiento social extendidas hasta el día 26; y con la vuelta de forma gradual a la actividad económica, las previsiones calculan que habrá otros dos millones más de parados, lo que dejaría la cifra en más de 5,5 millones.
Más flexibilidad por sectores
Los empresarios reclaman que la extensión de los ERTE se pueda llevar a cabo por sectores. Los señalados son principalmente el turismo, la hostelería y la producción industrial, los más dañados por la crisis. La petición es que se vayan levantando los expedientes progresivamente y en función de cómo evolucione la economía.
Existe también cierta inquietud en torno a la situación de los trabajadores que tengan contratos fijos discontinuos, el más usado en sectores estacionales y que precisamente son estos los más damnificados. Los ERTE obligan a las empresas a mantener en plantilla a los empleados, por lo que las compañías no podrían prescindir de sus servicios tal y como suelen hacer durante los meses en los que hay menor volumen de trabajo.