Colau hace la primera crisis de gobierno diez días después de nombrar cargos
La alcaldesa de Barcelona desbarata su propio organigrama técnico para concentrar el poder económico del ayuntamiento en perfiles fieles al partido
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha tardado diez días en reformar su equipo de gobierno. Los cambios se han producido en el segundo nivel de la administración local y afectan al cuerpo de gerentes municipales que tomó posiciones hace dos semanas. La reorganización ha debilitado la mano derecha del jefe de Gabinete de la propia Colau. Marta Clari, persona de confianza de Jordi Martí, ha sido relegada al área de Deportes.
Clari fue una petición expresa de Martí. Su misión consistía en coordinar la dirección de todas las áreas del ayuntamiento con mando en plaza sobre el presupuesto y, por tanto, con capacidad para administrar inversiones. No le ha dado tiempo a debutar. El recambio es Jordi Ayala, gerente de Presidencia y Economía. Su ascenso implica que únicamente deberá rendir cuentas ante el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, y la propia Colau.
Los sindicatos atribuyen los cambios a los pulsos internos que han disputado los gerentes nombrados por Colau. Ayala, aseguran, ambicionaba controlar el presupuesto y ha trabajado intensamente días atrás para desbancar a Clari. La alcaldesa se lo ha puesto fácil, según relatan los trabajadores del consistorio barcelonés. La oposición, por su parte, opina que los cambios obedecen a la toma de control de las áreas clave por afines a Barcelona en Comú.
‘Legislatura’ de dos semanas
Martí es un reconocido ex socialista y esa condición ha levantado recelos en el núcleo duro del partido de gobierno. Había trabajado con alcaldes anteriores. Incluso sobrevivió a la etapa de Xavier Trias (CiU) junto a su tradicional número dos, Clari. La técnico lo escudó, por ejemplo, mientras dirigió el Instituto de Cultura de Barcelona. Por el contrario, Ayala, el nuevo hombre del presupuesto municipal, colaboró en la organización de la campaña electoral de Colau.
Fuentes de Barcelona en Comú aseguran que los cambios introducidos por la alcaldesa obedecen a «una ordenación del organigrama», aunque éste, apenas, tenía dos semanas de vigencia.