Científicos sospechan que los resultados clínicos de la vacuna rusa están manipulados
Varios investigadores de Estados Unidos, Europa, Canadá y Rusia denuncian que todos los voluntarios tenían exactamente el mismo nivel de anticuerpos
La comunidad internacional pone en tela de juicio la efectividad real de la famosa vacuna Sputnik V, conocida como la vacuna rusa del coronavirus, que fue la primera que se presentó en el mercado contra la Covid-19 pese a que la sustancia todavía no había sido casi probada en ensayos clínicos y nos e cumplió con la fase decisiva final.
La consternación por tal barbaridad sanitaria no ha terminado ahí. Según ha publicado la agencia Deutsche Welle, varios indicios han sugerido que los datos relativos a la vacuna internacional han sido burdamente manipulados. Una cuarentena de investigadores de Europa, Estados Unidos, Canadá –y también en Rusia– han cuestionado los datos publicados en The Lancet a principios de septiembre.
Patrones idénticos en anticuerpos y células T
Los científicos se dieron cuenta de un detalle curioso: los patrones estadísticos repetitivos del estudio. Pese a que los distintos voluntarios en los que se experimentó la vacuna recibieron variantes de la misma, todas presentaban exactamente el mismo nivel de anticuerpos pese a analíticas realizadas en distintas fechas.
La supuesta casualidad no podía terminarse ahí, el nivel de las células T –las que combaten la Covid-19– era exactamente idéntico en todos los parámetros. Los resultados son altamente improbables desde el punto de vista estadístico, y lo más probable es que fueran manipulados.
Las exigencias de calidad para que una vacuna contra el coronavirus se pueda comercializar tiene que cumplir varios parámetros: tiene que ser efectiva, segura, accesible y debe estar rápidamente disponible. Los criterios son los mismos para todos los laboratorios que tratan desde hace meses de encontrar la ansiada sustancia para inmunizar a la población.
Sputnik V: ¿Qué se sabe de la vacuna rusa?
De momento lo que se sabe de la Sputnik V, Gam-COVID-Vac Lyo, es que se trata de una vacuna vectorizada que fue desarrollada en el Centro de Investigación de Microbiología y Epidemiología Gamaleya de Moscú. Para desarrollar una vacuna vectorial se deben extraer de ella los peligrosos genes infecciosos de un virus, dejando únicamente una especie de vehículo de transporte, conocido como «vector viral”.
Los vectores son inofensivos y contienen el material genético del SARS-CoV-2. El cuerpo, al reconocerlos los ataca con células T específicas contra ese antígeno y formaa anticuerpos. Además, si se usan vectores ya conocidos, eso ahorra tiempo al haberse visto la seguridad comprobada.
No es la primera vez que la revista The Lancet genera controversia al publicar un supuesto estudio de dudosa fiabilidad relacionada con la Covid-19. Los procedimientos de verificación fallaron en un estudio sobre la hidroxicloroquina, cuyo registro de datos subyacente había sido manipulado de forma intencional. Este medicamento, que parecía milagroso, no solo era ineficaz sino que pudo haber acelerado la muerte de algunas personas.