Cataluña pide el confinamiento pero no lo impone
El presidente interino catalán Pere Aragonès confirma que el cierre de bares y restaurantes y otras medidas contra la Covid-19 entran en vigor este jueves
El cierre de bares y restaurantes que entrará en vigor en Cataluña este jueves 15 de octubre por la noche y las otras medidas contra el coronavirus que ha aprobado este miércoles el Govern de la Generalitat tienen el objetivo de evitar otro «confinamiento total» y todas las «consecuencias económicas y sociales extremadamente duras» del encierro de la población, ha afirmado Pere Aragonès, presidente interino de la comunidad tras el cese de Quim Torra.
No obstante, en la práctica, lo que ha pedido la Generalitat en su rueda de prensa esta mañana se parece mucho al confinamiento, dado que se pide a la población «limitar los desplazamientos fuera del domicilio» y «evitar los contactos innecesarios». Aragonès, en el papel vicepresidente del Govern pero actualmente máximo responsable del ejecutivo catalán, ha insistido en que si no se toman estas medidas habrá que volver al confinamiento.
Además del cierre de la restauración, salvo para la venta de comida para llevar, Cataluña ha impuesto límites del 30% de aforo en los comercios, la apertura de los parques hasta las 20.00 horas, la prohibición de ferias, congresos y convenciones, la recomendación de celebrar las clases universitarias y trabajar de forma virtual, y la clausura de salones de juego y casinos, además de otras restricciones al deporte y a la cultura.
Pero todo esto no funcionará, según el Govern, si la ciudadanía no colabora con «reducir al máximo la movilidad, limitar al máximo las relaciones sociales y promover el teletrabajo siempre que sea posible». La consellera de Salud, Alba Vergés, ha asegurando que el esfuerzo que se pide no es el mismo que en marzo: «No estamos pidiendo que se queden en casa, pero necesitamos un esfuerzo corto en el tiempo».
Por su parte, el consejero de Interior, Miquel Sàmper, ha detallado que la resolución que ha aprobado el Govern supone «un cambio de paradigma de cómo nos hemos de relacionar» y ha señalado que «no hemos querido incidir tanto en el qué sino en el cómo», refiriéndose a que los ciudadanos deben tener en cuenta que la burbuja de convivencia solo incluye a quienes conviven en el mismo lugar, por lo que a partir de allí se deben limitar los contactos.
«Es momento de actuar»
«Son medidas totalmente imprescindibles», ha defendido Aragonès, que ha calificado de «muy preocupantes» las cifras de la pandemia de la Covid-19 en Cataluña, donde el riesgo de rebrote es «extremadamente alto» porque se sitúa este miércoles en 362,1 y la velocidad de transmisión ha subido hasta 1,37. Además, hay más de 1.300 brotes activos en la región. «Es momento de actuar y de los compromisos», ha añadido el presidente interino.
Con respecto al cierre de bares y restaurantes, el dirigente catalán ha reconocido que es «una medida dolorosa para el sector» y se ha comprometido a «ayudar» a los trabajadores y empresarios afectados. De hecho, ha prometido una dotación inicial de 40 millones de euros para los hosteleros. Y ha manifestado su esperanza de que dentro de dos semanas se detecten avances en la lucha contra la pandemia y se puedan relajar las restricciones.
La consejera Vergés ha explicado la situación epidemiológica que enfrenta Cataluña y se ha mostrado muy preocupada porque «estamos haciendo más pruebas que nunca y están aumentando los positivos», lo que debe considerarse como un «toque de alerta» porque indica que la transmisión está siendo «intensa». «Hemos pasado de 7.000 positivos a la semana a 12.000», ha reconocido la titular de Salud.