Blanco Desar: «España será el tercer país más senil del mundo en 25 años»
ED Libros lanza el 17 de septiembre 'Una sociedad sin hijos' de Manuel Blanco Desar, en el que el autor analiza el drama demográfico que sufre España
ED Libros publicará el próximo 17 de septiembre «Una sociedad sin hijos», el último ensayo de Manuel Blanco Desar, economista, politólogo y escritor, que viene estudiando la mutación demográfica que sufre tanto España como Europa.
¿Hacia dónde vamos? Sin decisiones políticas que lo reviertan, en 25 años nos convertiremos en el tercer país más senil del mundo, sólo superados por Japón y Corea del Sur.
Pero este libro no pretende apuntar ni culpabilizar a nadie, sino proponer cómo revertir esta mutación demográfica. Aún estamos a tiempo de cambiar la tendencia y dotar a España de futuro como país. ¿Lo lograremos?
Entrevista a Manuel Blanco Desar, autor de «Una sociedad sin hijos»
Pregunta (P). ¿Existe algún peligro social por tener menos niños?
Respuesta (R). Según envejece la sociedad crecen sus deudas. Con menos jóvenes produciendo riqueza, la carga que deberá asumir cada uno de ellos crecerá. El caso español es realmente preocupante. Debemos más de un billón de euros con cada vez menos jóvenes en edad productiva para pagarlo.
Por eso su carga individual será inasumible. Los que sean listos saldrán y adoptarán otra nacionalidad para desentenderse de esta deuda y de los compromisos de pago de pensiones.
(P). Pero con sobrepoblación en el mundo, ¿cómo cuadra en esto la inmigración?
R. Si nosotros tenemos más hijos también podremos integrar a más jóvenes extranjeros. El problema no es la inmigración, sino la proporción de inmigrantes. Luchar contra la inmigración es como luchar contra la marea o contra la ley de la gravedad, ni tiene solución ni va acorde con las necesidades del país.
Los jóvenes de los países pobres van a seguir viniendo a Europa y a España, porque su número depende principalmente de la fecundidad de sus países de origen y de la falta de trabajo. Una medida alternativa sería adoptar masivamente niños huérfanos de esos países.
Ser patriota actualmente es defender nuestra sanidad pública y nuestras pensiones
P. Sin nacimientos no hay nación, ¿qué hay de verdad en ello?
R. Sin nacimientos cualquier nación se desnacionaliza, y la desnacionalización pone en peligro la fraternidad cívica, que es la base de instituciones fundamentales como la Seguridad Social. Hoy en día, sin duda, ser patriota es defender nuestra Seguridad Social, pensiones y sanidad pública para nuestros ancianos.
Ellos cumplieron con su responsabilidad y sí contribuyeron demográficamente con sus hijos. Hay que tener en cuenta que lo hicieron en peores condiciones que nosotros. España toda corre este riesgo, pero singularmente nacionalidades como Cataluña, País Vasco, Galicia o Andalucía.
P. ¿Es optimista en cuanto al futuro?
R. Lo soy si tenemos claridad de ideas, visión de futuro y compromiso con el país. Ocultar el problema y obviar las posibles soluciones es el camino al desastre, al colapso social español. La Unión Europea viene advirtiendo desde hace décadas que la fecundidad española es un problema alarmante y nuestras instituciones miran hacia otro lado. Para ellas es una verdad incómoda.
El Estado va poniendo parches, y haciendo chapuzas, en vez de buscar una solución para las próximas generaciones. En sólo una generación seremos el tercer país más senil del mundo, junto con Corea del Sur y Japón, pero adolecemos de su capacidad industrial e innovadora.