Así se frenaría el brexit si Cameron fuera valiente
Constitucionalistas europeos detallan que Westminster tiene la última palabra y que el Reino Unido no debería abandonar la Unión Europea, a pesar del voto favorable en el referéndum
El gobierno británico desconoce la propia legislación del país. Podría ser una primera conclusión. Es lo que ha aflorado un grupo de constitucionalistas europeos, que colaboran en el Instituto Europeo de Derecho, con base en Barcelona. David Cameron puede ignorar el referéndum del «brexit», y someter la decisión en el parlamento, porque en el Reino Unido, la soberanía reside en Westminster, no en el pueblo, como es el caso de España.
¿Desconoce esa realidad el premier británico? ¿Por qué renunció tan pronto, sin acogerse a las propias convenciones constitucionales de su país? Ni él, ni otros miembros del Partido Conservador, ni Jeremy Corbyn, del Partido Laborista. Nadie ha querido sumergirse en los tratados europeos y en la legislación británica. La cuestión es política. Cameron es consciente de esa realidad legal, pero no quiere revocar el referéndum. Entre otras cosas porque ya no controla su propio partido, con adversarios como el ex alcalde de Londres, Boris Johnson.
El caos es tan grande que la constitucionalista Teresa Freixes, coaturoa del informe del Instituto Europeo de Derecho, sostiene que se trata de «la crisis constitucional más grave del Reino Unido». «Están incurriendo todos en una gran irresponsabilidad», insiste Freixes. En ese «todos», se incluye a la clase política británica, pero también a los mandatarios europeos.
El informe, al que ha accedido Economía Digital, se ha hecho llegar al Parlamento europeo, y a todas las instituciones europeas y cancillerías.
La «responsabilidad» de Merkel
Incide en el propio artículo 50 del tratado de la Unión Europea (UE), que es al que debe acogerse el Reino Unido para solicitar su salida. Lo que indica es que el proceso de retirada de un Estado miembro se debe realizar «de conformidad con sus propios procesos constitucionales y que, una vez esto constatado, se emita la comunicación a las autoridades europeas, expresando esa voluntad de abandonar la Unión». ¿Se ha hecho? No.
El propio presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el presidente del Parlamento europeo, Martin Schulz, han asegurado que si el Reino Unido votó para irse, debe irse y anunciar que se va de forma inmediata, para comenzar a negociar los términos de esa renuncia en los próximos dos años.
Pero es que, según la propia legislación británica, el gobierno no tiene por qué hacer caso de ese referéndum, que, en ningún caso es vinculante. Según Freixes, sólo Angela Merkel está siendo «responsable», al pedir calma y tratar de analizar los cauces legales que todos tienen a disposición.
El informe jurídico, con la participación de constitucionalistas europeos, incluidos de nacionalidad británica, sostiene que «el Parlamento está en su derecho a reconsiderar cualquier decisión política, tomada o no en referéndum, que esté sustentada en una disposición de mero valor legal. Incluido el referéndum del 24 de junio de 2016».
El brexit no sería definitivo
Los constitucionalistas recuerdan que no existe ninguna regulación de orden constitucional sobre el referéndum.
«Ni las act con valor constitucional ni las convenciones constitucionales –los acuerdos tácitos o expresos a lo largo de la historia, ya que el Reino Unido no tiene una Constitución propia, similar a la española– contienen regulación sobre el referéndum, que se regula en una ley de valor ordinario. Concretamente, el realizado el 24 de junio de 2016, por el European Referendum Act 2015, que no establece ni el quorum ni el porcentaje de votos favorables que se ha de obtener para considerar que el Reino Unido debe retirarse de la Unión Europea».
El referéndum del «brexit», por tanto, «no se puede considerar como definitivo, puesto que jurídicamente no tiene tal carácter». Se señala que «el propio sistema constitucional del Reino Unido contiene previsiones que permitirán superar esta crisis si las reglas jurídicas se aplican de forma adecuada».
Repetir el referéndum
El informe destaca que existen precedentes. Que en Dinamarca y en Irlanda hubo referéndums negativos que negaron la ratificación de sendos tratados de la Unión, que derogaban los anteriormente vigentes. «Si estos referéndums se hubieran consolidado, estos países no estarían hoy en día en la UE, porque habrían dejado de estar vinculados a tratado alguno», se afirma en el documento.
Nada impidiría a Cameron, por tanto, «la convocatoria de un nuevo referéndum si así se decidiese». Pero es que el propio parlamento de Westminster, ejerciendo su soberanía, podría «no apreciar, fundadamente, los resultados de un referéndum cuyas condiciones no han sido las mejores desde la debida transparencia o la claridad de los argumentos».
El infome, que podría cambiar las cosas en las próximas semanas, concluye recordando que el parlamento deberá atender, además, las tres millones de firmas que piden un nuevo referéndum, en el que se fijaran de antemano «indicadores de legitimidad constitucional como el quorum o el porcentaje de votos positivos como para considerar correcta la consulta, en línea con lo que dispone la Ley de Claridad del Canadá del 29 de junio de 2000″.