Artur Mas, forzado a una declaración unilateral de independencia
CiU y ERC negocian cómo afrontar unas elecciones plebiscitarias
Agosto de 2013. Los medios públicos de la Generalitat y las emisoras privadas que apuestan por el proceso soberanista que impulsa el Govern de Artur Mas aprovecharán el mes vacacional para analizar y ‘calentar’ la próxima Diada del 11 de septiembre. Como ocurrió en el verano de 2012.
La diferencia, sin embargo, es que el proceso existe, hay un camino trazado, y, ahora sí, comienza el baile.
El President Artur Mas ha redactado una carta al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la que le explicita su intención de convocar un referéndum de autodeterminación. Le pide que se implique. Mas querría realizar una consulta pactada con el Gobierno español. Se ha comprometido. Le gustaría hacerlo «bien». No puede dar marcha atrás. Mas quiere agotar todos los pasos, uno a uno. Y tratar de agotar la legislatura, con una consulta de por medio.
En Madrid, nada
Pero Mas también es consciente de que delante suyo hay un muro de grandes dimensiones, a pesar de sus problemas domésticos, como el cas Palau, del que dará cuenta este miércoles en el Parlament. Y, lejos de lograr una respuesta, desde la Moncloa no se percibe nada. Nada. Nada. Es como aquel título de Carmen Laforet, que ganó el primer premio Nadal. Nada. Ni pacto fiscal, ni reformas constitucionales, ni reestructuración profunda de la administración que permita una relación singular entre Catalunya y el gobierno español.
Esa es la estrategia que ha decidido Mariano Rajoy. Pero no por ello lo que se vive en Catalunya parece que se pueda esfumar de la noche a la mañana.
Mas lo sabe, y su socio parlamentario y compañero de viaje, Esquerra Republicana, también. Ahora va en serio, y la única alternativa será “una declaración unilateral de independencia”, como reza en el informe del Consejo Asesor para la Transición Nacional. Es una de las alternativas, pero se está convirtiendo en “la alternativa”, según fuentes de CiU y de ERC.
Lista conjunta o con sorpresas
Esa declaración unilateral sólo llegará, sin embargo, después de unas elecciones de carácter plebiscitario. Los dirigentes de Convergència y de Esquerra buscan cómo se deberían presentar las dos formaciones a esas elecciones. Convergència, además, debe solucionar qué hace con su socio de federación, Unió Democràtica.
¿Se presentarán en una lista conjunta? ¿En una lista con los cabezas de lista de los dos partidos y alguna sorpresa procedente del socialismo más catalanista? Eso está sobre la mesa en estos momentos, pese a que, en Madrid, se quiere mirar hacia otro lado.
Una vez decidida esa cuestión, no menor, un Parlament con una mayoría soberanista podría declarar la independencia de Catalunya de forma unilateral, con la idea de ampararse en el contexto internacional, y a la espera de la reacción que tuviera el Gobierno español.
El baile ha comenzado
La carta de Mas está ya en la Moncloa. El Consejo Asesor por la Transición Nacional ya ha elaborado su primer informe, con cinco vías posibles, –se asegura que todas legales—para poder convocar la consulta. A finales de 2013, CiU y ERC quieren tener lista la fecha y la pregunta del referéndum, que no debería ser posterior al 18 de septiembre de 2014, cuando se celebra la consulta en Escocia.
Y, a lo largo de 2014, el Govern quiere tener a punto esas “estructuras de estado” que incomodan a la oposición, especialmente al PSC, como la Hacienda propia.
Antes de acabar 2013 también estará lista la ley de consultas catalana, que ya habrá sido avalada, por el Consell de Garanties Estatutàries en noviembre.
Al President Mas no le gustaría llegar a ese extremo. El mismo informe del consejo asesor señala que Mas podría ser encarcelado, como una de las posibilidades a las que se enfrenta. A los ciudadanos catalanes todo esto les puede llevar a frotarse los ojos, pero, sí, está sucediendo, hay un proceso en marcha.
Sin embargo, a Mas puede que no le quede otra alternativa que esa declaración unilateral de independencia. Siempre, claro, que los partidos que sean favorables a ello obtengan la mayoría en las urnas.
Plebiscitarias, en mayo de 2015
El calendario está trazado. Las elecciones plebiscitarias se podrían convocar en 2015, ante la imposibilidad de convocar una consulta en 2014. Si fuera así, una de las posibilidades que manejan dirigentes de Convergència y de Esquerra es que puedan coincidir con las municipales, en mayo de 2015.
Y si Mas hace lo posible por alargar la legislatura –lo tendrá muy complicado si Esquerra no le sigue—las plebiscitarias serían en 2016.
Todo esto, claro, si Mariano Rajoy no avanza las generales, previstas, inicialmente, para noviembre de 2015.
¿Quimera? ¿Ilusión? No tanto. La Diada del próximo 11 de septiembre mostrará, de nuevo, un movimiento activo, potente, todavía no mayoritario, pero muy movilizado.
¿En Madrid? Silencio.