Artadi y Calvet maniobran para ser consellers en lugar de Turull y Rull

Tras la deslucida y caótica toma de posesión de esta mañana, (des)organizada por los hombres de confianza de Carles Puigdemont, el president Quim Torra se dispone ahora a cerrar la composición de su gobierno. Hace semanas que se barajan nombres, pero existe un problema de fondo difícil de resolver para el presidente de la Generalitat. ¿Va a respetar el principio de restitución de los consellers cesados por el artículo 155?

Torra se metió en un charco al asegurar que ofrecería a todos los destituidos por el 155 el regreso a la Generalitat, una promesa que no ha gustado en sus propias filas de Junts per Catalunya. Dos dirigentes con aspiraciones, Elsa Artadi y Damià Calvet, maniobran para hacerse con las carteras de Presidencia —que concede un gran dominio sobre el aparato político del gobierno— y de Territorio —un departamento jugoso por el presupuesto que maneja—.

Se da la circunstancia de que estas carteras serán ofrecidas a Jordi Turull y a Josep Rull, antiguos consejeros de estos departamentos, y que ambos ven con buenos ojos esta restitución simbólica. El margen de Artadi y Calvet, por tanto, es limitado, pero ambos dirigentes están apurando sus opciones para conquistar estas conselleries e intentando que Turull y Rull den su brazo a torcer.

Intrigas y componendas

Torra quiere completar mañana, viernes, una ronda por las prisiones donde permanecen encarcelados los exconsellers de la Generalitat. Desea conocer de primera mano sus deseos antes de tomar una decisión definitiva, que, sea como fuere, estará supeditada a las conversaciones que mantenga con Puigdemont, cuya opinión acabará decantando la balanza.

Toni Comín, el exconsejero de Salud de ERC, también se está moviendo para hacerse con el timón. Esta mañana, en TV3, no dudó en colmar de elogios a Quim Torra para preparar el terreno. Pero su mejor baza es la excelente relación que mantiene con Puigdemont.

La toma de posesión del conjunto del gobierno está prevista para el próximo lunes. Hasta entonces, hay tiempos para intrigas y componendas. Son horas decisivas para el reparto definitivo del poder.