Acelerar la vacuna del coronavirus implicará infectar a voluntarios
En los esfuerzos por acelerar la llegada de una vacuna contra el coronavirus, se ha abierto la posibilidad de exponer a un grupo de voluntarios al patógeno
En la rápida carrera por encontrar una vacuna contra el coronavirus, las farmacéuticas y los grupos de investigación están valorando todos los atajos posibles para acelerar un proceso que normalmente lleva años.
Un debate que se ha planteado con la crisis de la pandemia es la posibilidad de exponer un grupo de voluntarios al patógeno para ver si la vacuna les ha protegido. Es una estrategia que se sigue con enfermedades que tienen terapias aprobadas, como la malaria. Si la vacuna no funciona, el paciente es «rescatado» con el tratamiento habitual.
La posibilidad ha dividido a la comunidad científica en torno a si estos ensayos son éticos en el caso del coronavirus y sí se pueden realizar de forma segura. El Consejo Nuffield sobre Bioética asegura que esto no se puede hacer para el COVID-19, puesto que no hay tratamientos oficiales y específicos.
Sin embargo, Nir Eyal, el director del Centro de Bioética de la Población de la Universidad de Rutgers en New Brunswick (Nueva Jersey, Estados Unidos) asegura en Nature que este tipo de ensayos se pueden realizar seleccionando solo a grupos de menos riesgo, como pacientes jóvenes sin enfermedades previas.
La idea de este tipo de ensayos es saltarse la fase III de los estudios clínicos, que requiere que miles o decenas de miles de personas reciban la vacuna o el placebo para ver los resultados.
Ahora, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado un documento en el que destaca el valor de este tipo de ensayos para encontrar una vacuna en tiempo récord e, incluso, para garantizar que las vacunas que finalmente se desarrollen sean más eficaces.
La declaración de la OMS incluye una guía a seguir para realizar este tipo de ensayos de forma ética e intentando garantizar la seguridad lo máximo posible en el contexto de la pandemia, aunque asegura que se necesitarían más datos para valorar los riesgos de forma adecuada.
Estos son los criterios que debe cumplir un ensayo que opte por infectar de forma deliberada a voluntarios con el SARS-Cov-2, según la OMS.
- Justificación científica.
- Valoración de riesgos y beneficios que concluya que los potenciales beneficios compensan correr el riesgo.
- Transparencia a la hora de consultar e informar sobre los ensayos, tanto al público como a los reguladores de cada país.
- Coordinación con todos los actores relevantes.
- El lugar elegido para realizar el ensayo debe haber sido seleccionado por cumplir con los más altos criterios científicos de calidad, ética y práctica clínica.
- Los criterios de selección de los participantes deben asegurar que corran el menor riesgo posible (por ejemplo, eligiendo pacientes sin patologías previas y de edades menos vulnerables).
- Estos ensayos deben ser examinados por un comité independiente especializado.
- Los participantes de este estudio deben haber dado un consentimiento informado.
- Tal Zaks, director médico de Moderna, se ha mostrado escéptico ante la eficacia de estos ensayos, según informa Bloomberg.
Zaks asegura que no tiene la certeza de que un ensayo con infectados voluntariamente, que podría llevar meses de diseño e implementación, fuese a acelerar el desarrollo del producto de la compañía, que ya está entrando en la segunda fase de ensayos y fue la primera en empezar a probarse en humanos.
La Fundación 1daysooner, que aboga por este tipo de estudios, tiene una página web en la que los voluntarios puede inscribirse para participar si llegara a diseñarse uno para el COVID-19. Hasta ahora se han inscrito más de 14.000 voluntarios de 102 países.
Noticia original: Business Insider
Autor: Ana Zarzalejos