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La otra ‘guerra del pescado’

El Passatge de la Concepció se consolida como punto caliente de la restauración barcelonesa. El próximo 7 de abril se celebra la reapertura de Tragaluz y el traslado de Elj Apo Nés al local que dio nombre al grupo y en verano abrirá las puertas Boca Grande, de Big Fish

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El Passatge de la Concepció en Barcelona, la pequeña calle que une Passeig de Gràcia y Rambla Catalunya, se consolida como punto caliente de la oferta gastronómica de la Ciudad Condal. Un título que no sólo hace referencia a los restaurantes que se concentran en la calle. Conviven desde su inicio (o final, depende de como se mire) el asiático Mur Muri, de Majestic Hotel Group; el Petit Comitè, de Fermí Puig (también de Majestic); y tres negocios del grupo Tragaluz: el Mordisco, Elj Apo Nés y el local que dio nombre al negocio de Rosa Esteva, en obras desde el septiembre. El próximo verano Joan Solé, artífice de la pescadería y restaurante japonés Big Fish, abrirá allí su local más ambicioso: Boca Grande.

Tal como ha explicado a Economía Digital, “no será un restaurante de sushi”. Se ha diseñado “para que los clientes puedan comer, tomar un cóctel en la primera planta y disfrutar del ático con terraza y el jardín”. Eso sí, Solé no renuncia a sus orígenes y la carta que está preparando “será en un 80% de pescado, con una barra de ostras”. Él mismo describe el Boca Grande como un restaurante “con buenos precios, buena comida, un ambiente agradable y divertido y que pasen muchas cosas”. Entre otras, ha situado la cabina de DJ que pinchará a lo largo de la noche en el lavabo, “¡la gente tiene que moverse por el local!”. En total, asegura que ha invertido más de un millón de euros en este proyecto, aunque fuentes consultadas por este medio elevan a cinco millones el capital destinado al Boca Grande.

La competencia no asusta al grupo Tragaluz. Los amos de facto del Passatge de la Concepció hablan de una “oportunidad muy interesante para atraer a más gente a esta calle”. En este sentido, aseguran que su marca de restauración está suficientemente “consolidada y conocida para que esto signifique tener más clientes”. Ahora están enfrascados en la fase final de las obras del edificio que acoge el histórico restaurante de Rosa Esteva, el Tragaluz. Por el momento la fecha de apertura al gran público no está decidida, aunque el próximo 7 de abril celebrarán el punto y final al lavado de cara que le han dado “con una fiesta entre amigos, conocidos y los clientes más habituales”.

Reformas mínimas

Los comensales continuarán sentados debajo la bóveda acristalada. Básicamente, las reformas han servido “para poner al día la cocina, que ya tocaba”. Como es habitual en el negocio familiar, Sandra Tarruella se ha encargado del interiorismo del restaurante que capitanearán su madre y su hermano Tomás.

Asimismo, Elj Apo Nés abandonará su ubicación actual en el mismo Passatge de la Concepció, justo delante del edificio en obras, para volver a la planta baja del Tragaluz. En un primer momento convivirán los dos locales abiertos. La mayor competencia entre ambos locales estará la barra de ostras que abrirán “con producto fresco”. Un elemento indispensable en la guerra del pescado que se está cociendo el el Passatge de la Concepció.

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