La guerra de Ucrania agravará el ERTE de Renault en España
Las fábricas españolas del grupo ya tienen un plan de despidos temporales vigente hasta el 30 de junio y los sindicatos temen que el ajuste se agudice en 2022
Con solo una semana de negociaciones, Renault consiguió en noviembre extender su ERTE en España hasta el próximo 30 de junio. La firma gala llegó a un acuerdo con el comité de empresa para prolongar el plan de despidos temporales en las plantas de Palencia, Valladolid y Sevilla que tendrá una afectación máxima de hasta 90 días. Cuando parecía todo sellado para hacer frente a la crisis de los semiconductores, estalló la guerra de Ucrania.
Fuentes sindicales dan por hecho a Economía Digital que los problemas logísticos derivados de las sanciones a Rusia terminarán por impactar a las plantas españolas. Por el momento trabajan con normalidad, pero no saben cuánto tiempo durará. Más teniendo en cuenta que Rusia es el segundo mercado por importancia tras Francia para la firma del rombo. Así, hay dudas del impacto final del ERTE actual tras la reunión del comité europeo celebrada el lunes.
Como ya sucediera con otras marcas, se espera que los cierres por la falta de piezas tengan ahora dos motivos: problemas para conseguir los materiales que se importaban de Rusia, pocos, y la escasez de semiconductores. Se confía eso sí en la palabra de la marca: no aplicar ninguna «reestructuración» definitiva entre el personal con contrato indefinido.
Según informó Comisiones Obreras (CCOO) en su momento, la afectación de expediente de regulación temporal de empleo se repartirá hasta junio con un máximo de 77 jornadas de parada en la factoría de montaje y las oficinas, 90 jornadas para la planta de carrocería (ambas en Valladolid), 78 jornadas en la fábrica de Palencia y 76 jornadas en la instalación de motores de Sevilla.Leer más: Renault fabricará medio millón de vehículos menos por la crisis mundial de microchips
La empresa ya comunicó a los trabajadores que la previsión es que los despidos temporales afecten a 8.777 personas hasta el 30 de junio de 2022 frente las 9.448 sobre las que se aplica el ajuste actual. La aplicación del ERTE se producirá una vez se agoten las bolsas de horas y las diferentes medidas de flexibilidad previstas en el actual convenio colectivo.
El ajuste mantendrá las condiciones del plan actual: un 85% del salario bruto y las pagas dobles y las vacaciones al 100%. «La aplicación del ERTE será proporcional por áreas y por turnos», garantizó la empresa.
Renault no está sola
Las firmas automovilísticas ya temen que el encarecimiento de las materias primas será el siguiente episodio de una crisis que viven desde hace ya dos años: primero por el coronavirus y luego por la falta de semiconductores. Así lo admitía el presidente de Seat, Wayne Griffiths, en una entrevista concedida a La Vanguardia este fin de semana.
«La guerra ya nos está afectando», lamentó el dirigente. Seat se queda sin motores para los coches híbridos enchufables como el Cupra Formentor, que ensambla en la fábrica de Martorell (Barcelona). «Es posible que tengamos que parar la producción o reducir turnos, tenemos que ser muy flexibles», señaló. Además, el Cupra Born –el primer eléctrico de la firma– ha detenido completamente su producción debido a que se elabora en Zwickau (Alemania), en una de las plantas de Volkswagen que ha tenido que parar por la falta de piezas.Leer más: Seat plantea recortes a la plantilla por la llegada de los modelos eléctricos
El centro de Martorell está mejor protegido que las plantas alemanas del conglomerado debido a que en España se importan piezas procedentes de Marruecos, como los mazos de cables. Sin embargo, no sucede lo mismo con los componentes más tecnológicos.
La problemática no es exclusiva de Seat y Renault. Afecta de forma transversal a la mayor parte del sector. Rusia es también uno de los primeros productores de aluminio del planeta, otro de los componentes más utilizados en la automoción. Por ello, Stellantis anunció que suspenderá temporalmente la producción en la fábrica de Vigo dentro del plan de cierres iniciado por la falta de semiconductores.