La burguesía catalana se disputa ahora el control del Orfeó, 15 meses después de estallar el ‘caso Millet’
Mariona Carulla opta a la reelección frente a la candidatura renovadora de Enric Enrech
Quince meses después de que estallara el escándalo protagonizado por Fèlix Millet, los 1.686 socios del Orfeó Català pasarán por las urnas para escoger a un nuevo equipo directivo. Con todas las cautelas, con la historia más reciente del organismo todavía latiendo, Mariona Carulla y Enric Enrech se disputarán el liderazgo de una de las instituciones emblemáticas de la sociedad civil catalana en un escenario de discrepancia sobre el modelo de la entidad y sobre quiénes son las personas más adecuadas para dirigirla en los próximos años.
El lunes por la tarde, con una diferencia de una hora, Carulla y Enrech presentarán en la secretaría del Orfeó sus respectivas candidaturas a las elecciones del próximo 24 de noviembre, justo cuatro días antes de los comicios autonómicos.
Ambos grupos, ambos bien incrustados en el epicentro de la burguesía barcelonesa, se consideran una solución renovadora con diferentes argumentos. Pero, ciertamente, los hechos son tozudos: Carulla lleva 15 meses al frente de la entidad, ha sido la responsable de poner en orden los despropósitos y el latrocinio de la etapa Millet, mientras que Enrech es un socio antiguo que quiere inyectar aire nuevo en una desprestigiada institución.
Descontento de los socios
Ambas candidaturas acabarán de mostrar sus respectivas cartas de juego el lunes, pero ya han situado el tapete de juego sobre la mesa. Enrech quiere capitalizar el descontento de los 1.686 socios por como se ha conducido el Orfeó y la Fundació Palau de la Música (que depende del primero) después del escándalo Millet.
Carulla preside los tres organismos Orfeó, Fundació y Consorci. Enrech procede del mundo comercial: es presidente del Col.legi d’Agents Comercials. “Carulla y Millet han estado juntos durante muchos años. No se había dado cuenta de nada, ni de los más de 30 millones que había robado Millet ni de que se habían dejado de captar socios, sólo se captaban patronos, menos socios votando, más gente pagando…”, asegura uno de los integrantes de la candidatura de Enrech.
Millet, agua pasada
Sin embargo, Carulla y su equipo quieren dejar claro que el asunto Millet es agua pasada. “Nos apoyamos en el espíritu que se desprende de los últimos 15 meses, en el cambio de estructuras, en los nuevos estatutos, en la diferenciación entre presidencia y dirección general, en la creación de órganos de control e independencia, en nuestro proyecto cultural y en disponer del Palau como sede y como patrimonio de la institución y, por supuesto, en el coro del Palau”, aseguran.
Para dar garantía de transparencia a las elecciones, Carulla ha anunciado que el próximo 25 de octubre dimitirá de sus cargos para dedicarse a la campaña electoral. Igual sucederá con todos aquellos que formen parte de su candidatura. Ésa será la primera batalla. Enrich y su equipo se quejan de la falta de transparencia de la actual dirección. “No nos han permitido consultar el censo, mientras ella envía cartas a los socios. No hay garantías de voto por correo, que con un número de DNI y una papeleta permite votar. No se han constituido un órgano electoral que dé garantías al proceso. Se están haciendo cosas feas”, insisten desde el equipo de Enrech. “La pureza de las elecciones es total, se está haciendo conforme a los estatutos”, responden los actuales gestores.
“Se hacen cosas feas”
El candidato renovador opina es el momento de hacer bueno el refrán referido a la mujer del César. “Hay que cuidar las formas”. Enrech y su equipo se quejan de que Mariona Carulla haya encargado al despacho Garrigues la defensa legal del Orfeó por 1,2 millones de euros, teniendo en cuenta que allí trabaja su sobrino Enric Carulla. “Se están haciendo cosas feas que hay que impedir”, aseguran para resumir el descontento de algunos socios.
En el otro lado del debate, el equipo actual recuerda que se ha llevado a cabo una refundación en profundidad, que Miquel Roca fue el encargado de generar los nuevos estatutos y que el mejor aval son los 15 meses de gestión. “Dijeron que la de Carulla era una presidencia transitoria, que arreglarían las cosas y se irían, pero no está siendo así. Se aferran al cargo”, les responden los partidarios de Enrech.
Imposibilidad de pacto
Junto al líder de los agentes comerciales, Roser Vilardaga, Joan Coll, Joaquim Llober, Francesc Xavier Martí, Joan Coromines, Montserrat Busquets y Marisol Izquierdo completan la candidatura. Hay empresarios, abogados, personas del mundo de la cultura y socios de a pie. “No tenemos vinculación política alguna, no defendemos ningún interés que no sea el de los socios de la institución”, señalan sus impulsores. El viernes, Carulla y Enrech mantuvieron una reunión en la que el segundo informó a la primera de su voluntad de concurrir al proceso electoral. Se intentó que Carulla desistiera de presentarse, pero sin éxito.
Carulla no ha querido desvelar quién le acompaña en la lista que presentará. Únicamente ha trascendido que Ignacio Garcia Nieto, presidente del Cercle del Liceu y socio de la agencia de valores Riva y Garcia, le acompañará en el cartel. “Todo lo que era provisional ya lleva 15 meses. Mientras sigue la reducción de patrones y unos propósitos de reducir el papel de los socios”, aseguran sus oponentes. “Las elecciones –subrayan desde la candidatura de Carulla—son una magnífica oportunidad para que los socios se mojen. El ‘caso Millet’ es fruto de una cierta abstención de la sociedad civil catalana y que hay confrontación es justo lo contrario”.