La actividad de la zona euro se contrae en septiembre y avanza mayores caídas en otoño
Los nuevos pedidos de productos y servicios se reducen “intensamente” y apunta a un declive de la actividad en octubre
Las alertas económicas se hacen cada vez más evidentes en Europa. La actividad privada de la zona euro se contrajo en septiembre por tercer mes consecutivo y lo hizo de manera más intensa que en meses anteriores. Este hecho, unido al deterioro de los indicadores de pedidos y expectativas apunta a mayores descensos de actividad en el futuro.
El índice PMI de la actividad privada en la zona euro de S&P Global, publicado este viernes, se situó en 48,2 puntos, siete décimas menos que en agosto y de nuevo por debajo de los 50 puntos que separan el crecimiento de la contracción, según ha informado Efe.
La contracción de septiembre ha sido la más rápida desde enero de 2021 y ha estado impulsada por el sector industrial, que en su cuarto mes consecutivo de descenso de la actividad marcó la contracción más rápida desde mayo de 2020. La actividad del sector servicios también cayó, por segundo mes consecutivo, lastrada por los viajes, el turismo, el ocio, los servicios inmobiliarios y los seguros.
Por países, la actividad económica privada en Alemania registró en septiembre el nivel más bajo desde mayo de 2020, mientras que Francia mantuvo un ligero aumento gracias a los servicios.
Reducción de los pedidos a futuro
Por lo que respecta a los indicadores de futuro, los nuevos pedidos de productos y servicios se redujeron «intensamente», en especial en el sector manufacturero, lo que apunta a «una nueva aceleración del declive de la actividad total en octubre». A pesar de los menores pedidos y de la reducción de los pedidos por completar, que apuntan a un exceso de capacidad con respecto a la demanda, el empleo se mantuvo sin cambios.
En septiembre, las empresas europeas reportaron un alivio en la escasez de componentes y una mejora en la logística, a pesar de que la falta de componentes y los mercados energéticos todavía restringen la capacidad de producción.
En paralelo, los costes registraron el mayor aumento desde junio debido a la inflación energética y el aumento de los precios pagados, que no pudo compensarse con la mejor situación del suministro de materias primas. Los precios cobrados aumentaron al mayor ritmo desde junio.
En cuanto a las expectativas, los empresarios se mostraron pesimistas con respecto a su actividad para los próximos doce meses, con la confianza en su mínimo desde mayo de 2020, que cae de manera especialmente significativa en Alemania. Este pesimismo se basa principalmente en la preocupación por los precios energéticos, el efecto de la inflación en la demanda, el aumento de los tipos de interés, la guerra en Ucrania y los problemas en la cadena de suministro.