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Fermí Puig: “No quiero más presiones de estrellas Michelin” 

El cocinero catalán iniciará una aventura en solitario “antes de que se acabe 2012”. Tras 16 años, pone punto y final a su relación empresarial con la familia Soldevila-Casals y el grupo Majestic

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Tras muchos rumores, el cierre de el restaurante del Hotel Majestic, el Drolma, ya tiene fecha: el próximo 30 de septiembre. El grupo empresarial dirigido por la familia Soldevila-Casals ha justificado esta decisión por el golpe de timón que realizan en el negocio. Hace un año iniciaron la reforma del centenario establecimiento y en octubre transformarán el piso que ocupa actualmente el restaurante en varias suites de lujo con vistas al Passeig de Gràcia, la milla de oro de Barcelona.

Sin su buque insignia, el reconocido cocinero Fermí Puig pone el punto y final a su relación empresarial con los Soldevila-Casals. “Yo soy un asalariado y mantengo tratos mercantiles con ellos”, ha explicado a Economía Digital. “Es una desvinculación amistosa, hace 16 años sólo me conocían en ambientes profesionales de Barcelona y ellos me dieron la oportunidad de hacer realidad un sueño increíble”. Agosto es el mes de descanso para los empleados de el Drolma, Puig sólo estará delante de sus fogones las noches de septiembre, ya que dejaron de servir los mediodías a medianos de año. “Cerraremos sin ninguna celebración, con la discreción que siempre nos ha caracterizado”.

Eso sí, seguirá vinculado al grupo Majestic hasta finales de año. Dirigirá la cocina del Petit Comitè hasta el 31 de diciembre, el establecimiento donde recrea la cocina catalana más tradicional. Entonces concluirá definitivamente una etapa en su carrera y se centrará en el nuevo proyecto que ya ha empezado a dibujar. Puig asegura que ahora sus aspiraciones quedan lejos de las principales guías de restauración del mundo. “No quiero más presiones de estrellas Michelin”. Afirma que el éxito conseguido en el Drolma le deja en una posición de partida ventajosa. “Cuando has demostrado tu calidad como cocinero la gente ya te conoce y sabe como trabajas”.

Un restaurante pequeño y más barato

El propio cocinero da cuatro pinceladas de cómo será el nuevo local: “Haré alta cocina sin las cargas que obliga el lujo. Tendrá un precio más asequible y abriremos cinco noches de la semana”. Asimismo, tendrá “pocas mesas”.

Este nuevo proyecto verá la luz “en algún momento de 2012”. En el apartado de decisiones pendientes, Puig también tendrá que decantarse por un modelo empresarial. Comenta que tiene varias opciones encima de la mesa, desde abrir a título individual en un local propio a hacerlo con algún partner o “en el refugio de un hotel”.

El Majestic también baja precios

Por otro lado, el cocinero detalla que la nueva restauración por la que se apostará en el Hotel Majestic también pondrá el acento en el precio. “Buscan una cocina mucho más funcional en la que el menú valga entre 25 y 30 euros”. Eso sí, remarca que “la crisis no ha cerrado el Drolma, ha sido una decisión empresarial de seguir una estrategia distinta”.

Recuerda que a lo largo de una década el Drolma “ha facturado más de dos millones de euros anuales”. Eso sí, en los últimos dos años perdieron “entre el 30 y el 35% de los comensales”. Unas cifras que, según Puig, no justifican bajar la persiana. “En un hotel lo que hace ganar dinero son las habitaciones, que el bar gane más o menos es una cuestión menor”.

En un primer momento, tanto los directivos del grupo Majestic como el propio Fermí Puig querían mantener el Drolma abierto hasta finales de año y que la última cena que se sirviese fuera la del 31 de diciembre. “Pero cuando se hacen obras en un edificio con más de 100 años de vida que permanece abierto hay sorpresas, y el trabajo no se puede parar”, dice el cocinero. Su mesa de trabajo en los últimos 12 años desaparecerá “la primera quincena de octubre”.

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