Prueba de 3.000 kilómetros de coche eléctrico: 0,01 euros/km y me sobra el cargador de casa

La clave en la carga eléctrica no es la velocidad sino el precio

Un Mercedes EQS conectado a un cargador rápido

Un Mercedes EQS conectado a un cargador rápido.

La experiencia de conducir un coche eléctrico cambia las principales creencias que se tiene sobre la electromovilidad y la gestión de la autonomía de los vehículos eléctricos (VE). El análisis previo se focaliza en cuánto tiempo tarda en cargarse la batería, en que hay pocos cargadores y en el tiempo extra de un viaje por tener que recargar como si los repostajes que hacemos en los viajes largos los hiciéramos a la velocidad de la Fórmula 1.

Cuando conduces eléctrico, el tiempo de repostaje no es la principal preocupación si no el coste del repostaje. Hay cargadores gratis, lentos y alguno hasta semirrápido interesantes pero todos los superrápidos son realmente caros. Luego están los costes intermedios y el de casa, que indudablemente es económico.

Hay muchos tipos de cargadores según la velocidad de carga y, sobre todo, el precio, que van desde el gratis a casi el doble que el equivalente al coste de la gasolina

Durante una análisis durante 3.000 kilómetros en un Mercedes EQA 250+, mi foco ha cambiado completamente. No he usado ni una sola vez un supercargador. Y confieso mi deseo de no hacerlo nunca. Son realmente caros y no me compensa. Tengo mentalidad diésel, es decir, que siempre he preferido el diésel porque era más barato que la gasolina y además consumía menos. La mentalidad eléctrica es todavía mejor que la del diésel, lo que significa un coste por kilómetro todavía menor. No hablamos de ecología, hablamos del precio, que es lo que realmente decanta las decisiones.

Sabía que había gastado durante los 3.000 kilómetros poco. La cuenta final es que el coste del vehículo eléctrico ha sido de un céntimo por kilómetro. En casa tengo una tarifa plana de 0,10 euros por kw. Con el IVA de 2024 me iba a 0,11 euros por kw mientras que ahora estoy, gracias a la subida, en los 0,12 euros/kw.

Prueba de 3.000 kilómetros con el Mercedes EQA 250+ con un consumo de 17,8 kwh a los 100 kilómetros

Pagar medio euro por kilovatio es prácticamente como pagar lo que gasta un coche de combustión. En los 3.000 kilómetros he hecho un consumo medio de 17,8 kw por cada 100 kilómetros, lo que supone un consumo global de 534 kw. En un coche de gasolina que consuma seis litros cada 100 kilómetros y estimando un coste por litro de 1,65 euros, el recorrido me habría costado casi 300 euros. Y si hubiera pagado el kw de media a 0,55 euros a mí también. Pero me he gastado poco más de 30 euros y me ha salido a céntimo de euro por kilómetro. Vamos con los detalles.

Antes de conducir un vehículo eléctrico (VE), la obsesión es la carga rápida y ahorrar minutos. Cuando te subes al coches eléctrico rápidamente cambias el chip y vas buscando cargadores lentos, que son los más baratos. Y, sobre todo, buscas los gratuitos.

En el entorno de mi casa tengo localizados cuatro puntos cercanos en los que hay entre dos y cuatro cargadores gratuitos que cargan a 11 kwh. A 75 kilómetros, donde suelo ir los fines de semana, hay otros cuatro puntos gratuitos a 11 kwh más otros cuatro en los que recargar a 5 kwh. Todo esto gratis gracias a centros comerciales o a puntos de Iberdrola donde el coste es cero por acuerdos que han alcanzado los ayuntamientos. Este artículo lo estoy terminando en un cargador de Iberdrola gratuito que va a 50 kwh. Demasiado rápido para todo lo que quiero hacer mientras cargo el coche.

El 68,8% del consumo viene de cargadores gratuitos

De los 531 kw consumidos, el 68,8% ha sido gratuitos. El 12,8% ha sido en cargadores intermedios de velocidad (50 kwh) y sólo un 2,4% en cargadores donde la relación rapidez/precio ha sido muy deficiente. Me refiero a un punto de repostaje al que tuve que acudir a cargar 5 euros para meter electricidad a razón de 0,39 euros por kw e iba a 11kwh. Para mí, esto es lento y caro. Ocurrió un día con falta de previsión porque en casa sólo he utilizado el cargador del garaje para el 15,8% de mi consumo.

El cargador de casa, que como he dicho previamente va a 0,12 euros el kw, es objetivamente barato. Y lento. No me ha hecho falta subir la potencia de mi casa y para el coche utilizo el excedente que no consumo. Una de las ideas es cargar por la noche porque es más barato. No es mi caso. Tengo tarifa plana. Cargo por la noche porque es cuando no tengo puesto el aire acondicionado o la calefacción ni otros grandes consumos estoy durmiendo. Y ese espacio de tiempo es más que suficiente.

Suelo cargar a 2,5 kwh o, como máximo, a 3,6 kwh. Esto en ocho horas me supone meter al coche entre 20 y 28,8 kw. Es decir, aproximadamente, entre un 28% y un 41% de la batería, que tiene 70 kw de capacidad. En kilómetros, entre 120 y 175, lo que es mucho más de lo que hago un día que no tenga viaje previsto.

Si sólo utilizara el recurso de carga en casa, los 3.000 kilómetros me habrían costado 64 euros y habría ahorrado 230 con respecto a un coche de combustión. Lo que sí que veo como un enorme despilfarro son los supercargadores. Mi coche puede cargar hasta a 100 kwh y los hay que incluso pueden recibir la energía más rápida. Hay cargadores a 150 kwh que cobran 0,88 euros por kwh. Eso me convertiría en un derrochador como cuando te impulsas con gasolina. Y lo del coche eléctrico era, fundamentalmente, para ahorrar.

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