Primera prueba del Skoda Enyaq RS iV

Probablemente los responsables de Skoda no pensaron que en la semana en la que presentarían su Enyaq RS a unos pocos medios de toda Europa, en las retorcidas carreteras de las sierras de Málaga, no iba a dejar apenas de llover. Pero en el fondo, es mejor así; no solo porque la lluvia hace falta, que también, sino porque se trata de un escenario perfecto para detectar las posibles flaquezas dinámicas de un SUV de 2,77 metros de distancia entre ejes y 2,3 toneladas de peso.

Y esto nos lleva a hacer una primera reflexión. ¿Cuál es el escenario ideal para un SUV eléctrico familiar de corte deportivo? Probablemente no haya ninguno. Nunca va a ser el mejor maniobrando en ciudad, cubriendo largas distancias en autopista o enlazando curvas a buen ritmo en carreteras de montaña. Pero, a la vez, probablemente estemos ante uno de los modelos eléctricos más versátiles de cuantos se comercializan en la actualidad, un vehículo que sirve como coche de diario, como vehículo de ocio (con unas mínimas capacidades, incluso, para salir del asfalto), y que, si nos planificamos adecuadamente, también permite realizar largos desplazamientos, con hasta 517 kilómetros de autonomía.

Ah, sí, y lleva el apellido RS inscrito en su zaga (es, de hecho, el primer automóvil eléctrico de Skoda en llevarlo), por lo que cabe esperar de él unas más que razonables prestaciones que nos dibujen una sonrisa cada vez que pisamos a fondo el pedal del acelerador.

¿Cómo es el Skoda Enyaq RS?

Probablemente, lo mejor de todo es que el Enyaq RS es, por encima de todo, un Enyaq. Con esta perogrullada quiero decir que el hecho de tratarse de la versión más “deportiva” o, más bien, la versión más “dinámica” del SUV eléctrico de Skoda no implica que renuncie a buena parte del confort, la habitabilidad o, incluso, la economía de uso y la autonomía características de sus hermanos de gama.

Esto es así porque este Enyaq RS dispone de una batería de 82 kWh brutos (77 kWh netos), que es la más grande que puede montar, con esta distancia entre ejes, el kit modular de Volkswagen para vehículos eléctricos (MEB) sobre el que se construye este vehículo, que en realidad es un pariente de los diferentes Volkswagen ID, Audi Q4 y Q5 e-tron y Cupra Born.

Con la “batería grande”, el Enyaq RS homologa un consumo de entre 16,9 y 17,8 kWh/100 km, gracias al cual su autonomía alcanza un rango de entre 500 y 517 km con una sola carga, según el ciclo de homologación WLTP, que es bastante realista; al menos para un uso mixto entre ciudad y carretera, sin grandes desniveles y realizando una conducción cuidadosa.

Aparte de la batería, ubicada por debajo del habitáculo, entre las cuatro ruedas del vehículo, el sistema de propulsión cuenta con un motor eléctrico delantero de 80 kW (109 CV) y otro trasero de 150 kW (204 CV). Entre ambos, son capaces de desarrollar 220 kW (299 CV), lo que permite al Enyaq RS acelerar de cero a 100 km/h en 6,2 segundos y alcanzar una velocidad máxima, limitada electrónicamente, de 180 km/h.

Al volante del Skoda Enyaq RS

Así que nos encontramos conduciendo este SUV de gran tamaño y neumáticos de perfil bajo por carreteras de montaña entre la ciudad de Málaga y el noreste de la provincia. Y lo primero que tenemos que destacar es lo bien que sujetan el cuerpo sus asientos delanteros deportivos, revestidos en un agradable tapizado de Alcantara (piel vuelta sintética). También nos convence el cuadro de mandos digital, más pequeño de lo habitual pero perfectamente legible y repleto de información, si bien es cierto que aprender a sacarle el máximo partido requiere algo de esfuerzo.

Centrándonos en el comportamiento dinámico, no se puede hablar de un vehículo especialmente ágil o de tacto deportivo, aunque cumple de sobra. Hay que aclarar que las unidades de pruebas estaban equipadas con llantas opcionales de 21”, que conllevan la monta de neumáticos más grandes en el tren trasero.

No obstante, su agilidad es notable para su masa y sus dimensiones, y siempre podemos probar a seleccionar el programa Sport en la interfaz de modos de conducción, si bien no encontraremos grandes diferencias con respecto al modo Comfort; al menos en cuanto a las suspensiones, que son bastante firmes en cualquier escenario, pero nunca incómodas.

Es cierto que en el modo Sport la dirección se vuelve un poco más firme, mientras que el pedal del acelerador cuenta con una respuesta más inmediata en la primera parte de su recorrido (pisando muy poco, acelera más, aunque en el fondo la potencia máxima es la misma), y lo más perceptible es que los motores eléctricos ejercen una mayor retención cuando levantamos el pie del acelerador, si bien esta retención se puede ajustar fácilmente en tres niveles con las levas que se encuentran tras el volante.

Y es que en este Skoda, como en la gran mayoría de coches eléctricos, no hay caja de cambios o, más concretamente, hay un engranaje que desmultiplica el par de cada uno de los motores eléctricos para llevarlo a las ruedas, pero en lugar de tener varias velocidades, como en una caja de cambios convencional, cuenta solamente con una, ya que los motores eléctricos ofrecen el máximo rendimiento a lo largo de casi todo su rango de revoluciones y, además, las desmultiplicación final suele ser inferior a la que se montaría en un vehículo térmico, puesto que la velocidad máxima en los coches eléctricos suele limitarse para evitar drenar la batería demasiado deprisa. Con todo ello, la caja de cambios tal y como la conocemos se vuelve prescindible.

Para terminar con el capítulo del comportamiento, hay también que hablar del buen tacto del sistema de frenos, algo no siempre habitual en los vehículos eléctricos, que han de combinar en un mismo pedal la frenada regenerativa (ejercida por los motores eléctricos actuando como generadores para recargar la batería) y la frenada “de servicio”, la que ejercen las pinzas estrangulando los discos de freno. Cuando frenamos suavemente con cualquier coche eléctrico, se emplea solamente la frenada regenerativa, pero si lo hacemos con más intensidad, actúan también los discos de freno, y esa transición no siempre es progresiva, algo que sí ocurre en este vehículo y que es mérito de Skoda, a pesar de que la firma checa no tenía experiencia previa en el desarrollo de modelos eléctricos; ni tan siquiera híbridos.

El Skoda Enyaq convence por su habitabilidad

Pero si en algo destacan siempre los modelos de Skoda es en ofrecer una habitabilidad superior a la media, sea cual sea el segmento en el que militen, y el Enyaq RS no es una excepción. Mientras nos desplazamos de la estación del Ave al aeropuerto de Málaga (donde se encuentran los Enyaq preparados para que los probemos), podemos comprobar la buena habitabilidad de las plazas traseras, destacable para un vehículo de 4,67 metros de longitud.

Posteriormente tendremos tiempo de sobra para recrearnos con pequeños detalles del habitáculo que hacen más sencilla la vida a bordo, como el doble hueco para el teléfono (con carga por inducción y dos conexiones USB-C) que se encuentra en la zona baja del túnel central, cuando lo habitual es que solamente haya hueco para un teléfono, el receptáculo ubicado justo debajo y al que se accede por los laterales del túnel central, el paraguas escondido en el interior de cada una de las puertas delanteras, una guantera amplia, un clip transparente para sujetar documentación en el parabrisas, una “rasqueta” para quitar el hielo del parabrisas o bolsillos para el móvil en los respaldos de los asientos delanteros. Son detalles sencillos pero prácticos en los que Skoda, como siempre, lo borda.

El exterior del Skoda Enyaq RS no deja indiferente

Así que no cabe duda de que el interior es capaz de convencer al más escéptico, pero quizás no ocurra lo mismo con el exterior, que puede resultar excesivamente llamativo o puede enamorar. De todos modos, es justo aclarar que la unidad elegida para ilustrar esta prueba es especialmente vistosa, pintada en color Verde Mamba, exclusivo de las versiones RS de Skoda, y dotada de llantas Vision de 21” con detalles en el mismo color, todo ello en contraste con un parachoques específico de este acabado RS adornado con molduras en negro brillante y un prominente labio inferior. Tampoco son discretas las luces, que se salen de los faros (con tecnología de matrices de ledes) y atraviesan la parrilla delantera, mientras en la trasera tanto el alerón como la zona baja del parachoques contrastan igualmente en negro brillante.

Dicho esto, si buscas un vehículo más discreto o quieres elegir este Enyaq RS como automóvil de representación, siempre puedes optar por el color negro y las llantas Taurus de 20” (que son el equipo de serie) para configurar un SUV que, salvo por la tira longitudinal de luz LED, pasará desapercibido entre el resto del tráfico.

El día a día del vehículo eléctrico 

Pero por mucho que nos guste su estética, por muy agradable que resulte conducirlo y por mucho que nos apetezca disfrutar de sus 299 CV, el Skoda Enyaq RS es un SUV 100 % eléctrico, con sus pros y sus contras. Como ya hemos comentado, su batería goza de una buena capacidad, y puede recargarse en un cargador rápido a una tasa de 135 kW, que es un buen valor, aunque tampoco de los mejores. Esto nos permite pasar del 10 al 80 % de carga en apenas 36 minutos.

También puede cargarse en la red doméstica, lo que en la práctica es más habitual, mucho más económico y mejor de cara a la fiabilidad. En este caso, la tasa máxima admitida por el cargador embarcado es de 11 kW (lo habitual ahora mismo), lo que requiere una potente instalación trifásica. Aprovechando al máximo esos 11 kW, el tiempo de carga total de la batería es de siete horas y media.

En nuestra prueba, practicando una conducción normal durante la mayor parte del tiempo y ocasionalmente más dinámica, el consumo osciló entre 25 y 30 kWh/100 km. A ese ritmo, la autonomía real habría sido de unos 300 kilómetros.

Tuvimos la oportunidad de recargar el Skoda Enyaq RS durante la ruta en un cargador rápido de la red Ionity, ubicado a las afueras de la población de Casabermeja, mientras tomábamos un café. Llegamos con un 28 % de batería, tardamos 25 minutos, y salimos con un 77 %. En esa media hora escasa recargamos 33 kWh a una tasa de 62 kW, lejos de los 135 kW que potencialmente acepta el Enyaq y de los 150 kW que debería ser capaz de ofrecer el cargador de Ionity, probablemente debido a que los cuatro cargadores de la estación estaban ocupados simultáneamente.

Dicho todo esto, muchos de los cargadores “rápidos” que encontramos a día de hoy en las estaciones de servicio desarrollan un máximo de 50 kW, lo que en el mejor de los escenarios nos habría permitido recuperar 20,8 kW, con los que difícilmente habríamos podido recuperar un centenar de kilómetros de autonomía, lo que deja claro que usar el coche eléctrico fuera de su rango de autonomía con una única carga sigue siendo poco funcional a día de hoy. 

En cualquier caso, nos queda claro el esfuerzo de Skoda por ofrecer un producto versátil, habitable y de buenas prestaciones, que puede ser muy práctico y económico en el día a día. Para hacernos con él, tendremos que desembolsar 64.600 euros. No es mucho teniendo en cuenta sus prestaciones y su equipamiento, aunque sí lo es en comparación con la versión inmediatamente inferior, el Skoda Enyaq 80X, que ofrece 265 CV, la misma batería, y dispone igualmente de arquitectura bimotor y, por tanto, de tracción total. Su equipamiento no es tan abundante y su estética no es tan llamativa, pero cuesta casi 10.000 euros menos.

Dicho esto, si te has enamorado el Skoda Enyaq RS iV, no tenemos ningún motivo para desanimarte. Puedes encargarlo desde ya mismo en tu concesionario, y a lo largo del primer trimestre de 2023 podrás estrenar tu flamante SUV eléctrico de corte deportivo.

Las claves del Skoda Enyaq RS iV

• Versión más deportiva del único SUV eléctrico de Skoda.
• Dos carrocerías: normal y coupé.
• 4,65 metros de longitud y cinco plazas.
• Dos motores eléctricos y tracción total.
• 299 CV y 460 Nm.
• De 500 a 517 km de autonomía.
• Suspensión deportiva.
• Aceleración 0-100 km/h: 6,5 segundos.
• Velocidad máxima: 180 km/h.
• Etiqueta Cero de la DGT.
• Ya a la venta. Primeras entregas entre enero y marzo de 2023.
• Precio desde: 64.600 euros.