Los coches del rally Dakar que no salen en la TV
Para su edición de 2023, el rally Dakar cuenta con 632 competidores inscritos, sin incluir los 188 que participan en el Dakar Classic. Muchos de ellos no salen en la TV, pero merece la pena conocerlos
El rally Dakar (inicialmente París-Dakar) se disputó por primera vez entre finales de 1978 y principios de 1979. En aquella primera edición participaron 80 coches y 90 motocicletas. Hoy hay 632 inscritos, a los que se suman los 188 participantes de la categoría Classic, que es un rally de regularidad que se corre en paralelo a la carrera oficial pero con vehículos clásicos.
Estamos acostumbrados a ver en televisión los Audi RS Q e-tron, los Toyota Hilus, los BRX Hunter… y poco más. Pero hay una ingente cantidad de vehículos que nunca aparecen en los resúmenes de TVE o Eurosport pero que merecen su momento de gloria.
Porsche 911
Los Porsche 911 y 959 tuvieron una breve pero gloriosa historia en el Dakar, con victorias absolutas a cargo de René Metge en 1984 (911) y 1986 (959), en ambos casos con un sistema de tracción total implementado para la ocasión que posteriormente pasaría a estar disponible en las unidades de producción en serie. Esta unidad es precisamente una réplica del Porsche 911 ganador de 1984. Lo pilota el francés Philippe Jacquot y aunque no salga en la TV es fácil verlo en las redes sociales, ya que raro es el integrante de la caravana del Dakar que no se ha hecho un selfi junto a esta belleza sobre ruedas.
Ford Raptor
En realidad no es más que un buggy con la calandra del Ford Ranger Raptor, pero ya solamente por eso llama nuestra atención, y su piloto, el checo Martin Prokop, nunca falla. Se estrenó en 2016 como segundo mejor debutante, con un decimocuarto puesto absoluto, y desde entonces no ha faltado a la cita con el Dakar, acabando todas las carreras, con un vigésimo quinto puesto como peor resultado y un sexto puesto en el Dakar de 2019. Si algún día cae en un equipo oficial, que se preparen los hasta ahora favoritos a ganar la carrera. Corre con el dorsal 210.
Citroën Visa
Muchos de los coches que disputan el Dakar Classic son réplicas de vehículos icónicos, como este Citroën Visa de François Abrial, preparado a imagen y semejanza del Visa que participó en el Dakar de 1984 pilotado por Philippe Wambergue, un modelo con una preparación relativamente humilde que ni siquiera contaba con tracción total y que permitió a Citroën adquirir experiencia de cara a la época en la que dominó la carrera con sus ZX Grand Raid.
Baic BJ40
Otro de los que nunca salen en la TV es el equipo chino Baic ORV. Su vehículo es, en realidad, un Toyota Hilux T1+ con la carrocería modificada para representar al fabricante de automóviles chino. A pesar de tratarse de un modelo de última generación, con unas especificaciones similares a las del coche de pluri-campeón Nasser Al-Attiyah, y a pesar de estar asistido por el equipo oficial Toyota Overdrive, el 4×4 del debutante chino Zi Yunliang ha hecho siempre unas etapas muy discretas, moviéndose asiduamente por debajo de los 60 primeros clasificados.
Peugeot P4
Mickaël Ranchin disputa el Dakar Classic con este pseudo-Mercedes Clase G y con su copiloto Philippe Robert. Los dos participantes son militares heridos en combate y aficionados al mundo del motor, y por ambos motivos no podían haber escogido un vehículo más adecuado: la versión del Mercedes Clase G que Peugeot montó bajo licencia para reemplazar los veteranos Willys MB que el ejército francés empleaba desde la II Guerra Mundial. Los Peugeot P4 son esencialmente idénticos a los Mercedes y Puch G de la época, si bien su motor era un diésel Peugeot de seis cilindros en línea y 70,5 CV. No es un vehículo para ganar carreras, pero desde luego sí es todo un símbolo de patriotismo y resiliencia.
Nissan Patrol
Si has nacido en los 70 y te gustan los coches, sin duda recordarás el Nissan Patrol Fanta Limón, un icónico vehículo del Dakar de preparación y tripulación patria. Hay que recordar que los Nissan Patrol se estuvieron fabricando en Zona Franca (Barcelona) entre 1983 y 1994, convirtiéndose en vehículos tremendamente populares en nuestras carreteras, en nuestros caminos… y en las carreras todoterreno. Esta unidad es una réplica pilotada por Luís Pedrals, quien ya había disputado el Dakar africano en 2006 y 2007. Está preparado en colaboración con el especialista y piloto Francesc Termens, cuyo padre, Ramón Termens, compitió con Miguel Prieto en el vehículo original en los años 80.
Volkswagen Escarabajo tipo Baja
El mítico Volkswagen que sirvió para motorizar Alemania tras la II Guerra Mundial es una parte fundamental de la historia del automóvil, con 21,5 millones de unidades vendidas desde que los primeros prototipos vieron la luz, en 1939, hasta que las últimas unidades dejaron de producirse en México, en 2003. Precisamente en aquel país y en EE.UU. los Escarabajos fueron habituales bases para crear las preparaciones tipo Baja, buggies con grandes ruedas traseras y suspensiones de mayor recorrido para mejorar su tracción en uso fuera de carretera. Este vehículo de tripulación belga con amplia experiencia en rallies todoterreno es un homenaje a esos Escarabajos tipo Baja creado a partir de una unidad de 1967 modificada para la ocasión que no solo ha sido uno de los vehículos más llamativos del Dakar Classic 2023, sino también uno de los mejor clasificados.
Mitsubishi Pajero/Montero Evolution
El griego Evangelos Bersis y su copiloto Fotos Koutsoumbos son una de las numerosas tripulaciones del Dakar Classic que ha elegido el modelo más icónico de la marca más laureada en la historia del rally: el Mitsubishi Pajero Evolution, conocido como Montero Evolution, por razones obvias, en los países de habla hispana. El Pajero Evolution, coloquialmente denominado ‘Evo’, fue el canto del cisne de la segunda generación de este todoterreno japonés. Se fabricaron apenas 2.700 unidades, y hoy es un auténtico objeto de colección. Y es que aparte de sus aletines ensanchados que le dotaban de un aspecto mucho más musculoso, contaba con una revolucionaria suspensión trasera independiente que sería adoptada por la tercera generación del Montero.
El Pajero Evo de calle se creó para poder homologar la variante de competición del Dakar, con las mencionadas suspensiones independientes, y marcó el final de una era en la que el Dakar se disputaba con automóviles de producción en serie convenientemente modificados para la competición en lugar de emplearse prototipos que poco tienen que ver con los vehículos que conducimos, como ocurre en la actualidad. Quizás esto debería merecer una reflexión para los organizadores del que está considerado como el rally más duro del mundo.