Josep Santacreu trabaja sigiloso para ganar las elecciones del 20 de septiembre a la Cambra de Comerç de Barcelona y arrebatarla así al independentismo. Alejado de los focos, pues el ex-consejero delegado de DKV no da entrevistas a los medios, va recabando apoyos. Algunos los hizo públicos cuando anunció su candidatura, en julio; otros, se dieron por supuesto. Pero el considerado candidato del establishment -por oposición a Eines de País- necesitará muchos más para llevarse los epígrafes necesarios para presidir la entidad cameral. El último que ha recabado, si bien tiene aparentemente poca utilidad, ha sido toda una sorpresa: se trata de la monja argentino-catalana Sor Lucía Caram, vinculada al independentismo aunque ha repartido palos a diestro y siniestro. En un tuit en la red social X, la religiosa muestra su «admiración» por Santacreu, a quien ve como «un hombre que sabe de empresa, de responsabilidad social, de estrategias, de humanidad, de país, de personas, de sociedad, de cooperación». Para Lucía Caram, es «un candidato capaz de innovar, avanzar y dar vida a las empresas y la sociedad». No se ha quedado corta de elogios.