Las inauguraciones tienden a convertirse en desfiles de interesados en hacerse la foto, y si es de un proyecto importante, el nivel de desvergonzado postureo alcanza cotas muy altas. Algo así pasó este lunes con motivo de la firma del contrato del Dhub para fabricar vehículos eléctricos en la fábrica Nissan de Barcelona. Los discursos no los hicieron los protagonistas sino la ministra de Industria, Reyes Maroto, y el consejero catalán de Empresa, Roger Torrent, ante la atónita mirada de los empresarios. Al terminar el acto, los políticos aun tuvieron tiempo de pasearse por delante de los medios para chupar algo más de cámara, pero no lo lograron. Los que sí lo consiguieron fueron los responsables de los sindicatos, que interceptaron a las cámaras antes de que se marcharan para hacer sus declas, además de Joan Orús, la cara visible del mayor proyecto del hub, el de QEV.