Alquilar en Barcelona, un 24% más caro desde la llegada de Colau
El retorno de barceloneses 'expulsados' al área metropolitana encarece el precio del alquiler, un 24% más caro que a principio de mandato de Ada Colau
Pisos vacíos, falta de suelo y presión turística son algunos de los ingredientes del cóctel que convierte a Barcelona en la ciudad española con el precio de la vivienda más elevado. Las viviendas a la venta en la capital catalana se encarecieron en enero hasta los 4.024 euros por metro cuadrado, según datos de Idealista, y superaron a San Sebastián, tradicionalmente la urbe más costosa.
Si adquirir una vivienda es una quimera para amplios sectores de la población, vivir de alquiler en Barcelona tampoco es una misión al alcance de cualquiera. Arrendar un piso en la ciudad costó de media 877,3 euros al mes en 2017, según el último informe de la Cambra de la Propietat Urbana, elaborado a partir de los datos de las fianzas depositadas de los nuevos contratos.
La cifra queda lejos de los 688,1 euros de renta que destinaban los inquilinos en 2014, cuando el mercado inmobiliario de la ciudad todavía se recuperaba de los estragos de la crisis, y es el resultado de una escalada de precios ante la que las administraciones no han sido capaces de hallar una solución.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, asumió la vara de mando en junio de 2015, tras una campaña electoral en la que su formación, Barcelona en Comú (BeC), prometió paliar los problemas de acceso a la vivienda. 32 meses después, alquilar una vivienda en Barcelona es un 24% más caro. ¿Cuáles son las razones?
DEMANDA CRECIENTE. La mejora de la economía ha aumentado la demanda de vivienda de alquiler, lo que unido a la falta de oferta, impulsa al alza los precios. Los salarios empiezan a repuntar tras años de contención, aunque no a niveles que permitan asumir los precios del alquiler. Según las estadísticas municipales, un barcelonés cobraba de media en 2016 poco más de 29.000 euros brutos anuales.
Muchos pisos considerados vacíos en realidad son despachos profesionales o pisos compartidos
FALTA DE SUELO. La escasez de terreno disponible para construir nuevas promociones impide incrementar el parque de viviendas, lo que limita las opciones de las políticas municipales de vivienda a incentivar la salida al mercado de inmuebles vacíos. Sin embargo, es difícil cuantificar el número de viviendas vacías. «El Ayuntamiento se ha dado cuenta de que en numerosos pisos que creía que estaban vacíos lo que hay son despachos profesionales o habitantes sin censar, como los estudiantes que comparten piso», argumenta Òscar Gorgues, gerente de la Cambra.
La subida de precios en el área metropolitana por la ‘expulsión’ de inquilinos de Barcelona favorece su retorno a la capital
RENOVACIÓN DE CONTRATOS. Una de las reivindicaciones del equipo de gobierno para evitar que el alquiler se vuelva prohibitivo es ampliar la duración de los contratos de tres a cinco años. Este era el periodo estipulado hasta 2013, cuando el Gobierno modificó la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) para incentivar que las entidades bancarias pusieran en alquiler viviendas vacías. Al vencer los contratos, los propietarios han aplicado incrementos. Según Gorgues, esta no es la razón principal de la escalada de precios, ya que «numerosos contratos acaban antes de los tres años».
EXPULSADOS AL ÁREA METROPOLITANA. En 2016 el encarecimiento del alquiler llevó a muchas familias a desplazarse a ciudades del área metropolitana, donde la vivienda era más barata. Al desplazarse este grupo de inquilinos, los precios subieron en estas localidades y ahora parte de los expulsados vuelven a buscar pisos en Barcelona. «Vivir fuera de Barcelona ya no compensa tanto por precio y parte de estas personas vuelven a la capital», explica la Cambra. La previsión de la entidad es que el movimiento sea cíclico y próximamente se repita el movimiento hacia la periferia.