Zegna pierde 16 millones en sus fábricas catalanas
La prestigiosa firma textil de moda masculina Ermengildo Zegna, de raíces italianas, celebra este año las bodas de oro de su presencia en España. Coincidiendo con la efeméride, el pasado mes de septiembre echó el cierre a su tienda de paseo de Gràcia 29, que se le había quedado pequeña, e inauguró un macroestablecimiento en el número 91 del mismo paseo, donde antes se alojaba Shana.
Zegna se implantó en nuestro país, concretamente en Barcelona, a comienzos de los años 60 del siglo pasado. Comenzó vendiendo tejidos de importación a las sastrerías locales, entre ellas El Dique Flotante, Sello, Llobet, Conti, Gales y Farré.
En sus inicios, fijó la sede de sus oficinas en paseo de Gràcia-Gran Via, justo debajo de la mítica terraza Martini, en el inmueble cuya planta baja acogió muchos años después a la marca Virgin y hoy está ocupada por Zara.
Poco después de aterrizar por estas latitudes, Zegna montó una fábrica de trajes para caballero en Polinyà. A ésta siguió otra de camisas en Sabadell. Hace trece años inauguró la tercera, de americanas y pantalones, en Sant Quirze del Vallès.
El abogado Josep Coll Alsius, suegro del político Josep Antoni Duran Lleida, asesora a la empresa desde los tiempos fundacionales y actualmente preside su consejo de administración.
Zegna posee sendos centros de venta en Barcelona, Madrid, Valencia y Marbella, cada uno de ellos a nombre de una sociedad subsidiaria del grupo. De sus actividades fabriles se encargan las compañías filiales Italco y Ezeti. Este binomio facturó el año pasado 37 millones de euros, frente a los 45 millones del ejercicio previo. Las pérdidas pasaron de 3,2 a 15,7 millones.