Vuelve Aznar, muere el independentismo

Sí, han leído bien el titular. La hipotética vuelta de José María Aznar al ruedo político significará el retroceso del independentismo. El argumento es trivial, si quieren, pero la mayoría de los independentistas en Catalunya tienen una base económica simple. Son más los que tienen una base sentimental. Si la economía se recupera, buena parte del humo de la independencia se disipará.

La prioridad de Aznar es la clase media y la recuperación económica. En el campo de las ideas, apostaría por un centralismo pero dentro de una política de pactos a la carta, como ya hiciera en el pacto del Majestic. Esta actitud encendería las llamas más radicales del catalanismo. Pero, siendo sincero, éstas nunca alcanzarían el vigor del continuo incendio actual de CiU.

Aznar también habla de la necesidad de un PSOE fuerte. No es sólo necesario para el partido, también lo es para el país. Ahora, alguien del PP ha dado un paso al frente ante la inacción. Es el momento para que un equivalente de las filas socialistas golpeara la mesa y diera un vuelco a la actual deriva del segundo partido del país. Toca reformar la política y el sistema electoral, pero, antes de ello, se requieren nuevos aires –difícil decir nuevas personas en un país como España– y, sobre todo, gente con carisma.

Se ha escrito en muchas ocasiones. En los momentos duros y difíciles se requieren políticos con mayúsculas que se pongan en marcha. Todo lo contrario es dar pie a los charlatanes de barrio y contertulios pizpiretas más amantes del espejo que de conocer el país. Si perdonamos que Jordi Pujol –como salió en el reportaje de la televisión pública de Catalunya (TV3)– delatara a su compañero de la imprenta (técnicamente, el ex presidente se convirtió en un chivato) por qué no vamos a aceptar que Aznar se equivocara eligiendo a Rajoy.