Votar y pactar tapándose la nariz

Una expresión política certera para advertir a los españoles que también ellos van a tener que votar, y después los partidos deberán hacerlo para poder pactar, todos, tapándose la nariz

Tras el pacto municipal entre el PSC, los comunes y el PP, que ha permitido a Jaume Collboni lograr la alcaldía de Barcelona, Ada Colau expresó que votó a la opción y estrategia socialista “con una pinza en la nariz”.

La expresión de Colau es deudora de la que realizó el periodista y escritor Indro Montanelli, “tapémonos la nariz y votemos a la Democracia Cristiana”, aunque esta estuviera sumida en la corrupción para evitar un mal mayor: que el partido comunista italiano pudiese llegar al gobierno tras las elecciones de 1976.

La necesidad política del PP de pactar con Vox para gobernar, como la del PSOE de hacer lo propio con Sumar, está llevando a muchos ciudadanos a plantearse que la única forma de votar una de las dos opciones es tapándose la nariz. En el seno de los dos partidos políticos, PP y PSOE, se vive un proceso parecido; ambos preferirían gobernar solos o mejor acompañados, pero las encuestas electorales indican que tendrán que taparse la nariz como lo habrán hecho sus votantes.

PP y PSOE, […] ambos preferirían gobernar solos o mejor acompañados

En los años sesenta, en Italia, los liberales se enfrentaron al fascismo y los socialistas al comunismo, como bien lo explica Indro Montanelli en su libro Memorias de un periodista. Testimonio recogido por Tiziana Abate. Sin embargo, hoy, en España y en buena parte de Europa, los liberales pactan con el nacionalpopulismo y la socialdemocracia pacta con la extrema izquierda.

En esta evolución queda reflejado que la resistencia a pactar con opciones de tradiciones políticas totalitarias ya no tiene sentido cuando ninguna de estas fuerzas políticas, nacionalpopulismo y extrema izquierda, pretende acabar con la democracia y apropiarse del Estado, sino alcanzar el poder como cualquier otra fuerza política democrática.

El único acto de resistencia, más allá de las críticas, los avisos y convencer a los ciudadanos para que no voten a partidos como Vox o Sumar, es conducir a los electores a votar, aunque sea tapándose la nariz, con el fin de poder gobernar.

La alcaldesa en funciones de Barcelona, Ada Colau, presidió el último pleno de su mandato. EFE/Andreu Dalmau

Las elecciones generales, contrariamente a lo que se pueda pensar, no van a ir tanto sobre los males que puede acarrear gobernar con Vox o Sumar, sino de mostrar que en ambos casos los dos grandes partidos están en condiciones de controlar a sus futuros socios políticos.

La expresión “voté con una pinza en la nariz”, que pronunció Ada Colau, no es solo una simple respuesta para salir airosa de una pregunta incómoda; hay que entenderla como una expresión política certera para advertir a los españoles que también ellos van a tener que votar, y después los partidos deberán hacerlo para poder pactar, todos, tapándose la nariz.