¿Volverá el millón y medio de independentistas?
Calculé que los participantes de la manifestación del 11 de septiembre pasado alcanzaron una cifra de entre 160.000 y 400.000 personas. El dato es muy inferior al facilitado por la organización, que habló de dos millones. La Guardia Urbana rebajaba hasta un millón y medio.
Los organizadores vendieron el supuesto éxito y aquel día aprendimos que la policía municipal de Barcelona sólo domina las matemáticas para poner multas.
Un año después, se organiza la via catalana, algo así como pregonar la paz en la iglesia, pero sobre un territorio bien definido: 400 kilómetros. Como hice el año pasado, pero esta vez con anterioridad, analizo los números.
¿Cuántos metros ocupamos si nos damos la mano? Según un estudio del hospital Vall d’Hebron, la altura media es de 1,73 metros para los hombres y de 1,64 metros para las mujeres. Consideremos que la longitud de brazos es proporcional. Para simplificar utilicemos la media de 1,64 metros.
Ese es mi punto de partida y lo que cubriría cada persona.
Calculemos. Si la distancia a cubrir es de 400 kilómetros y cada persona alcanza, en la mejor hipótesis para los organizadores, más de metro y medio, significa que harían falta 236.000 personas. Es un 10% de la participación del 11 de septiembre anterior, un 20% de lo indicado por la Guardia Urbana, y, en todo caso, cercano a mis cálculos.
Si creemos los números de Muriel Casals y Carme Forcadell, la via catalana sería una prueba bien fácil. ¿Cómo no van a convocar este año, con TV3 dando ánimos cada segundo, a sólo un 10% de lo que dijeron? Lo veo, lo analizo… y sinceramente, no entiendo entonces por qué están preocupadas estos días.
Quizá la clave del nerviosismo es que mintieron entonces y siguen mintiendo ahora. O peor aún: se creyeron su mentira. Pensemos como Goebels –una mentira repetida muchas veces es una verdad—. ¿Tan inocentes son?
Quizá la realidad es más sencilla. Más de lo mismo. Casals y Forcadell han vivido siempre de lo público y lo político. Puede que ahora busquen nuevas cosechas. Creo que engañan a un grupo de gente ilusionada y respetable con la posibilidad de la independencia –no seré yo quien cite a José Manuel Lara ni a su 25% de independentistas—. Pero el fracaso de la via catalana es previo. Un desengaño antes del día D.
¿Cómo llamar a la actitud dubitativa de los promotores sobre si lograrán sólo 250.000 personas cuando el año pasado cifraban el éxito en dos millones? Esos nervios son la constatación de que si algo seguro saben Casals y Forcadell es mentir.
No olvidemos que Catalunya siempre ha convertido en héroes a los traidores –Rafael de Casanovas, sin ir más lejos—. Sospecho que esa tradición continuará. Por desgracia la traición y la mentira seguirán siendo premiadas. Ya saben: tradiciones que no cambian.
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