Vista a la derecha

Occidente gira a la derecha por el discurso de la inseguridad y la incertidumbre

No nos engañemos, la derecha vira a la derecha, la izquierda vira a la derecha, el mundo prosigue su viraje a la derecha. Estados Unidos, Israel, Turquía y más de media Europa, desde Italia a Hungría, Polonia e incluso Alemania.

Excepciones como Canadá, Francia (sí, Macron es excepción), y ahora México o España no confirman ni desmienten la regla pero ni siquiera se proponen aminorar el giro.

Con Trump a la cabeza, el beneplácito de Rusia, la aquiescencia de China, la impotencia de Europa y el aplauso entusiasta de Netanyahu, el terreno está despejado.

Trump tensa las relaciones internacionales

Tras el paréntesis de Obama, que relajó tensiones, las relaciones internacionales vuelven a tensarse con el programa de Trump, de manera especial con los socios y amigos.

Es cierto que con los dictadores se entiende mejor que con los demócratas, a no ser que los dictadores son enemigos de Israel, el país más influyente en la política exterior americana.

El conflicto en Oriente Medio no parece tener solución

Por eso Erdogan se ha abstenido de volver a incomodar al estado-nación judío. Por eso Putin cuida las relaciones con Netanyahu y contribuye a disminuir la influencia de irán en Siria.

La multitud de intereses en el tablero de Oriente Medio es tan intricada que no tiene solución, pero han bajado de tono las amenazas a la seguridad internacional. La reducción del Estado Islámico no ha incrementado ni el número de atentados ni su sofisticación como algunos anunciaban.

Cambiemos de continente para preguntarnos si países como Venezuela o Nicaragua son verdaderamente de izquierdas o bien sus dirigentes usan una retórica izquierdista para mantenerse, a ellos y a sus camarillas, en el poder a espaldas del pueblo.

Mucho es de temer que la respuesta buena sea la segunda, por no hablar de Cuba, donde no hay oposición articulada porque se trata de un estado policíaco.

El caso europeo

Europa no tiene quien la quiera. Trump pretende extorsionarla mediante los aranceles y exigiendo mayor contribución a su propia defensa, aunque el socio mayor de la OTAN invierte en Europa una minúscula proporción de su fabuloso gasto de defensa.

La respuesta europea al doble y maleducado órdago de Trump ha sido acertada. Respuesta a los aranceles que duelen con aranceles que duelan. Indiferencia en la cuestión del gasto en defensa, porque a mayor presupuesto militar menor presupuesto social.

La seguridad de Europa está menos amenazada que antes

Además, la seguridad de Europa está hoy mucho menos amenazada que antes. La tan farisaicamente criticada compra de gas y petróleo a Rusia por Europa es un seguro mutuo de no agresión.

Putin se tragó la pérdida de casi toda Ucrania, inmenso granero que está ya en gran parte en manos de las multinacionales americanas de la agricultura. La intervención de Putin en Siria beneficia al dictador Al-Assad, pero también, en términos geoestratégicos, a Israel, Turquía, Europa y los Estados Unidos, probablemente por este orden.

Ni hay guerra fría, más que en las cabezas delirantes de quienes pretenden asustar como sea a la población para mejor extorsionarla, ni Europa tiene motivos para sentirse amenazada.

Los enemigos de Europa

Rusia es un vecino y un socio incómodo, no un enemigo. Terrorismo, y además bajo control, aparte, ¿dónde están los enemigos de Europa? No los hay. ¿A cuento pues de qué gastar más en defensa? De cara a la segunda mitad de este siglo la batalla por la hegemonía se librará en el Pacífico, no en el Atlántico.

Sin embargo, Europa se siente insegura. A pesar de la prosperidad, del crecimiento y de que se haya frenado el incremento de la desigualdad, la extrema derecha y el populismo parecen imparables.

Los flujos migratorios son mucho menos de lo necesario

No será, salvo en Italia, por la inmigración, porque ya no entra casi nadie en un continente que se ha blindado con artes inconfesables. Los flujos migratorios son mucho menores de lo necesario por el envejecimiento de las poblaciones, pero existen muchos intereses en ocultar esta verdad. Ni siquiera la izquierda se atreve a exhibir las cifras que lo demuestran.

¿Por qué gira Occidente a la derecha? Porque el discurso de la inseguridad y la incertidumbre se impone con mentiras y falsedades sobre la realidad y sus perspectivas, mucho más despejadas de lo que se cuenta.