‘Victus’. Mas ‘Invictus’
Hace pocos días paseaba por uno de esos centros comerciales que abundan en las cercanías de Barcelona y observé una columna de libros. Supongo que eran restos de Sant Jordi aún no retirados. Como uno es curioso, hojeé las primeras páginas de Victus, la exitosa novela histórica de Albert Sánchez Piñol. Ante mi sorpresa, en la antesala del libro aparece un mapa de época de la península con solo dos nombres: España (Castilla) y Catalunya. Ambos, con tonalidades de colores diferentes, como dos países distintos.
Pensé que la historia no era mi fuerte, pero sí los mapas. Por ello, me conecté a la Cartoteca de Catalunya para revisar todos los mapas de la época por si quizás mi ignorancia superaba mis conocimientos. Constaté que de los cientos de mapas existentes, ninguno reflejaba esa diferencia y enfrentamiento tan directo entre dos supuestos países llamados España y Catalunya. Luego, recordé la existencia de unos atlas creados para una editorial francesa donde colocaban Catalunya como territorio galo.
Siempre he pensado que cualquier nación e incluso cualquier persona tiene futuro si reconoce su pasado y aprende de su historia. Fracasa si la quiere volver a vivir. Olvidarla, prostituirla o, simplemente, tergiversarla es un ejercicio aún más cobarde. Por suerte, el autor al menos no esconde que el héroe Rafael de Casanovas fue un traidor. Eso si, aquí aún le homenajeamos y le creamos un halo heroico. Un ejemplo único en el mundo. Seamos serios, ¿podemos imaginar a los católicos homenajeando anualmente con flores a Judas Iscariote y organizando vermuts y discursos en su nombre? De risa.
Al final, los héroes no son aquellos que manipulan, mienten, traicionan o engañan. Son héroes, simplemente, aquellos que con acciones diarias velan por el progreso. Quizás si queremos tomar en serio la independencia deberíamos escuchar al President Mas decir una primera y clara verdad: Catalunya nunca ha sido independiente, al margen de lo que escriban en Victus o proclame algún conseller despistado. Debería añadir: “Nunca lo ha sido, pero trabajaremos para que lo sea por primera vez”. De esta forma ganaría más adeptos, la verdad abre más puertas de las que uno cree.
Excepto para novelistas históricos como Sánchez Piñol –cuyo rol literario no discutiremos– vivir del pasado nunca ha sido una buena política. El progreso surge siempre del cambio. Quizás algunos no se han enterado de que Catalunya puede ser mejor sólo –reitero, sólo– si mira más al futuro que si se refugia en un pasado oscuro y con demasiados traidores. Es la gran clave para pasar de ser Victus a Invictus. ¿Será el President Mas capaz de entenderlo? Esa es mi duda.