Vega Seoane y Rosell, ¿quién acierta?

Juan Rosell ha realizado una auténtica revolución en el seno de la CEOE. Conoce a la perfeccción lo que ocurre en Cataluña. Lanza mensajes posibilistas y sabe que las patronales, como los sindicatos, deben adaptarse a los nuevos tiempos. Más agilidad, más profesionalidad, más atención a los cambios sociológicos. Rosell es consciente de todo ello. Pero es prudente. Sabe que las organizaciones que conforman la CEOE necesitan su tiempo, que defienden todavía algunos tópicos. Uno de ellos se basa en demonizar propuestas supuestamente radicales.

Prueba de ello es un informe muy crítico que circula en el seno de la CEOE, como explica el periodista Miguel Valverde, en el que se considera que la presencia de Pablo Iglesias en el Gobierno supondría dar entrada a «un control totalitario del poder». También se añade que «los más acomodados» sufrirían un enorme castigo, con subidas fiscales enormes para los ingresos de entre 60.000 y 300.000 euros». Todo con un tono muy pavoroso.

Es cierto que al mundo económico Podemos les crea un cierto resquemor, pero más por las sentencias que verbalizan sus dirigentes que por el voto que integran. Pero también es verdad que hay maneras distintas para expresar lo que se desea.

En el otro lado está Javier Vega de Seoane, el presidente del Círculo de Empresarios. Vega de Seoane lleva semanas sembrado y ello se debe exaltar y reconocer. Los empresarios deben considerar que su participación en la vida pública es esencial, y que España necesita como agua de mayo importar el espíritu anglosajón.

La sociedad española ha alcanzado ya un grado de madurez que permite que se expresen todos los actores sociales con la mayor libertad posible.

El presidente del Círculo de Empresarios, bien conectado con Antón Costas, el presidente del Círculo de Economía, ha apostado por ser claramente anglosajón: «Podemos ha canalizado la indignación, a menudo justificada, de miles de españoles en las instituciones y la ha convertido en política. Y, además, van evolucionando». ¿Qué les parece?

Lo ha apuntado en una entrevista en La Vanguardia, tras ser preguntado por su posible temor ante la posibilidad de que Podemos sea la alternativa. Una de las cuestiones clave que han sucedido en España en los últimos años es que la protesta social, las manifestaciones en la calle, como ocurrió con el movimiento del 15M, en 2011, se han transformado en participación política a través de las instituciones. No hay apatía, no hay nihilismo, hay voto a una formación política concreta, que jugará con las reglas democráticas que caracterizan a España. En caso contrario, la fuerza del conjunto de la sociedad española forzaría a Podemos a rectificar. ¿O hay un temor real a que se instaure una especie de dictadura socializante?

Este martes el socialista Pedro Sánchez ofrecerá su discurso de investidura. Sabe que no la tiene asegurada. Pero ha tomado la iniciativa, y eso lo valora también la clase empresarial. El influyente medio Politico, en su versión europea, titulaba este lunes: «Not a misprint: Spanish business wants socialist rule», y aunque mostraba sus prevenciones por Podemos, ofrecía una reflexión ponderada que se debería generalizar en toda España.

Vega de Seoane muestra el camino. También Rosell, pero con más ataduras a una organización más compleja. Lo que deberían desear todos los empresarios es que fluya la competencia.

«A los buenos empresarios, les horroriza ese juego socio de arrimarse al poder que degrada la competencia. Ahora sí podremos reformar y acabar con el clientelismo, el amiguismo y el intercambio de favores y trampas que desincentivaban el riesgo creativo y emprendedor», asegura el presidente del Círculo de Empresarios.

Y la competencia política ahora es cosa de cuatro partidos. Así que a jugar, a partir de este mismo martes.