Un paso adelante
Cuando te percatas con nitidez que tus pensamientos, ideológicos e idealistas, tú forma de entender la vida y tu modelo de sociedad, ya no están ubicados en el sitio adecuado, solo tienes dos opciones:
La primera es irte para tu casa y sentarte en un sofá contemplando delante de una pantalla de TV como transcurren los acontecimientos sociales, políticos, económicos y demás aconteceres que marcan tu día a día, y tu devenir, te gusten estos o no.
Pero si eres una mente inquieta y viva, la segunda opción deriva en participar en aquellos foros o nuevas formaciones políticas, desde donde piensas que puedes contribuir a cambiar lo que no te gusta, o lo que consideras injusto y desigual y poder dar así, rienda suelta a tus inquietudes, luchando libremente por tus ideales, desde tus principios y valores.
En los últimos meses han aflorado partidos políticos con los que se podrá estar de acuerdo o no, pero que eran necesarios ante un vicio del sistema difícilmente erradicable desde los planteamientos políticos tradicionales. La sociedad española demandaba, clamaba, por una regeneración democrática de la vida política real y no virtual, por combatir la corrupción y a los corruptos con mano de hierro, por la transparencia del sistema y la erradicación de las desigualdades sociales, la reactivación de la economía y empleo de calidad y así podría seguir líneas y líneas.
A mayores,y en pleno debate sobre la unidad de España y su reforma autonómica no puedo dejar de manifestar que el Estado debe estar siempre al servicio de los ciudadanos. Defiendo un Estado Autonómico, pero con reformas, donde se deben clarificar qué competencias corresponden a cada Administración, controlando el gasto de las administraciones y limitando su capacidad de endeudamiento a la vez que reduciendo su estructura política y administrativa.
Todo ello desde mi pensamiento político de corte liberal, el cual me ha acompañado siempre a lo largo de mi vida. Por esto mismo y desde el convencimiento de que en la centralidad ideológica convergen la inmensa mayoría de los ciudadanos y ciudadanas de este país, provengan o no de un ideario básico con origen en un liberalismo progresista, no arcaico, o en un pensamiento social-democráta, decidí de forma unipersonal dar un paso adelante, un paso dado con una ilusión nuevamente recuperada, un paso reflexionado y meditado, un paso convencido y firme, y formar parte de un nuevo proyecto en el que aun esta todo por hacer.
Y asumiendo de entrada todos los errores, que un proyecto embrionario derivado de un manifiesto social, pueda cometer, y ese es precisamente el maravilloso e ilusionante reto a afrontar. Por esto mismo he decidido formar parte activa con responsabilidades políticas orgánicas de Ciudadanos.