Último adiós a un D. Ramón Vilar: valenciano, demócrata y levantinista
Despedirse de D. Ramón Vilar no es tarea sencilla para un valenciano, pues es un hombre que nos ha acompañado durante casi 3 décadas. Ya sea como concejal de gobierno, en la oposición, como consejero del Levante UD o dando impulso a tradiciones como la Semana Santa marinera o los toros, ha formado parte del ecosistema de actualidad valenciano.
Siempre fue un municipalista convencido, consciente de que es la Administración más cercana al ciudadano y la que, en gran medida, resuelve los problemas del día a día de la mayoría de ellos. Luchó hasta la saciedad por una reforma en la financiación local, consciente de que los municipios no podían asumir la gestión de todas las competencias que se les delegaba si no se les dotaba de medios. Es una batalla que aún continua y, aunque pierde a uno de sus grandes abanderados, nos dejó marcado el camino a seguir.
En una entrevista que concedió hace unos meses se definía como «socialdemócrata ortodoxo», pero con un endeudamiento controlado y asumible. Al tiempo que afirmaba que era «partidario del rigor en el control del gasto municipal», pues siempre defendió, con uñas y dientes, esa vigilancia por parte de los funcionarios para que todo se hiciera de forma correcta. Y es que él, antes de dar el salto a la primera línea política, fue TAG en el Ayuntamiento de Cullera (Intervención) y posteriormente TAE en el Ayuntamiento de Valencia (Intervención), por lo que sabía de la importancia de esa labor de vigilancia.
Los que tenemos la suerte, y el honor, de ser levantinistas tan solo podemos tener palabras de agradecimiento a la labor de D. Ramón Vilar, ya que fue de los que se arremangaron en los tiempos difíciles y lucharon por la salvación del equipo decano de la comunidad valenciana. Siempre profesó su eterno levantinismo allá donde fuera, y desde 2009 ejercía su labor desde primera línea, como consejero del consejo de administración del Levante UD y como patrono de su fundación, a él, entre a otras personas, le debemos que el Levante UD siga siendo el único club de la ciudad en mano de los valencianos. Él ha formado parte del Consejo de Administración que ha hecho crecer exponencialmente al club en la última década. Desgraciadamente no podrá ver los dos próximos hitos: la reforma del estadio y la construcción de la ciudad deportiva en el barrio de Nazaret, un proyecto que impulsará tanta a la ciudad de Valencia como al club de los valencianos, dos de sus grandes pasiones.
Ramón Vilar fue un hombre que siempre demostró tener un gran compromiso social y político, y, aunque nunca renegó de sus ideas, siempre estaba dispuesto a tender la mano a la oposición, hasta cuando el PSPV gobernaba con mayoría absoluta, pues sabía que el diálogo en democracia siempre es enriquecedor. “Una persona alegre, positiva que amaba su trabajo y a su tierra” como nos recordaba su viuda Isabel.
En definitiva, hoy despedimos el cuerpo de Ramón Vilar ya convertido en cenizas, un hombre al que todos los valencianos, nos encontremos donde nos encontremos, hemos de agradecer su labor incansable por la ciudad, fruto de su amor por Valencia, España y sus tradiciones y gentes. Y en esta despedida también trasladamos nuestro más sentido pésame tanto a su viuda como a sus dos hijos, a los que tanto amó hasta el fin de sus días.
Descanse en Paz