Tu imagen digital

Piensa en cuando conoces a alguien en el gimnasio o de copas, ¿nunca lo buscas en Facebook? O vamos más allá, y piensa que vas a contratar a esa persona para tu empresa, ¿te resistirías a buscar su nombre en Internet? Nuestras fotos, nuestros trabajos, nuestras publicaciones, las noticias en las que aparecemos, todo en general, crea nuestra imagen digital y esa imagen tiene tanta o más repercusión que la propia imagen física. A la hora de formar nuestra marca personal no podemos olvidarnos de Internet, ya que quien no está en la red no existe y solo los que no existen son capaces de no estar en la red. Basta con teclear nuestro nombre en Google para saber quiénes somos y para comprobar qué somos a ojos de los demás.

La imagen digital condiciona la imagen real hasta tal punto que una vez creada la primera es difícil cambiar la segunda. Si raramente te resistirías a indagar sobre otras personas en la red, ¿acaso crees que ellos no harán lo mismo contigo? Piensa ahora en cuando vas a comprar cualquier producto. Piensa, por ejemplo, en el hotel que vas a reservar para tus vacaciones, ¿te atreverías a contratarlo sin comprobar las opiniones de otros usuarios? ¿Y sin ver las fotos? ¿Te importa más lo que te puedan contar en la agencia de viajes o lo que puedas descubrir por ti mismo?

La web 2.0 acerca marcas y consumidores, incluso les permite mantener un diálogo que antes no era posible. Con las marcas personales ocurre lo mismo. Como casi todo en la vida este fenómeno tiene ventajas e inconvenientes, pero los pros ganan a los contras. Que nuestra marca esté en el escaparate digital no es malo, ya que solo si somos visibles podrán vernos y solo si nos ven podrán interesarse por nosotros. Sin embargo, lo verdaderamente peligroso radica entre lo que queremos mostrar y lo que estamos mostrando, porque no es lo mismo lo que somos que lo que los demás piensan que somos, es decir, una cosa es nuestra marca y otra nuestra reputación.

No podemos dejar que sean otros los que hablen por nosotros, pero tampoco se nos permite el silencio. ¿Sabes que hay muchas marcas que tienen perfiles en Facebook sin que ellas lo sepan? La red nos ayuda a lograr los objetivos fijados, pero también es una gran aliada para destruir los conseguidos si la comunicación no es la adecuada o si perdemos el control sobre el mensaje transmitido. Recuerda que no es lo mismo estar que saber estar.

José Sixto es director del Instituto de Medios Sociales

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