Todos, menos Vox, se las prometen felices en la vigilia de la moción de censura 

La moción de censura se ha convertido en algo parecido a la túnica de Cristo, todos esperan sacar provecho de ella…menos sus impulsores

Tras la filtración del discurso de Ramón Tamames pocas dudas quedan en Vox que un mal de ojo se ha posado sobre la moción de censura que en Bambú (sede central de Vox) diseñaron para que el electorado pudiera ver con claridad las diferencias entre ellos y el PP.  

A lo máximo que aspiran hoy los de Abascal es que lo de la semana que empieza mañana sea para ellos como para las parturientas, una hora corta. Los más cafeteros en Vox se aferran al cara a cara que mantendrán Abascal, como presentador de la moción, contra Sánchez, interesado en sobreactuar frente a Abascal para así empequeñecer al ausente líder del PP.  

La moción de censura se ha convertido en algo parecido a la túnica de Cristo, todos esperan sacar provecho de ella…menos sus impulsores. En Podemos Belarra y Montero quieren subir a la tribuna para presentar a Vox como adalid del heteropatriarcado, Yolanda Díaz quiere confrontar con Abascal como base de lanzamiento de su mil veces anunciado proyecto y siempre no nato Sumar. En el PP la estrategia es más simple: cuando tu adversario se equivoca hazte el muerto.  

La estrategia del PP: cuando tu adversario se equivoca hazte el muerto.  

Tamames en su rueda de prensa, de más de una hora, y respondiendo a todo, dijo una obviedad: “todo puede pasar”. Y efectivamente en la vida nada está escrito pero la moción solo le puede salir bien a Vox por los errores no forzados que puedan cometer sus adversarios

Sánchez Drago, una de las pocas figuras públicas que en un país aburrido y maniatado por lo políticamente correcto se atreve a defender su cercanía a Vox, ha dicho que “Tamames en la tribuna es un Miura”. Con más de 10 millones de españoles por encima de los 65 años el peor error que pueden cometer los que repliquen a Tamames es tratarlo con condescendencia o como un abuelo cebolleta, de entrada millones de personas, los que más horas de televisión consumen al día, verán en Tamames una figura identificable para ellos, con sus problemas de movilidad, sus achaques, pero también con su socarronería y su experiencia.  

La mejor arma de Tamames y Vox es convertirse en la voz de esa España mayor, residente en los barrios de las ciudades de la periferia de Madrid o Barcelona o  en los pueblos de la España vaciada. Es una España alejada de las cumbres europeas y de las excentricidades que produce la política cutre urbanita de nuestro país al estilo Pam o Rufián.  

El peor error que pueden cometer los que repliquen a Tamames es tratarlo con condescendencia o como un abuelo cebolleta

Todos los que acudan al Congreso el martes a sacar tajada de las muchas meteduras de pata de Vox en las últimas semanas deben echarle antes un vistazo a los resultados de las elecciones provinciales de los Países Bajos del pasado jueves, cuando el Partido Agrario, anti agenda 2030, antiurbanita, anti cultura Woke ha ganado las elecciones.  

Vox no ha estado afortunado, además ensañarse con Vox hoy sale gratis y sirve para hacer puntos frente a Feijóo, al que muchos ven a las puertas de la Moncloa cual Saladino a las puertas de las murallas de Jerusalén, pero con torpezas o no, el malestar de grandes colectivos sociales ahí está y subir los cinco escalones de la tribuna de oradores del Congreso a destrozar, sin más, a Tamames puede convertirse en un bumerán para quien lo haga.     

Pedro Sánchez ha aplazado la reforma ministerial forzada por la salida de Carolina Darias y Reyes Maroto, nombradas candidatas a las municipales, para después de la moción de censura. Eso le da la oportunidad de ajustar el mensaje si no encuentra el tono adecuando en la moción o bien reforzarlo si sale bien parado de la misma.  Tiene todo a su alcance para ser el vencedor de la moción de censura… incluso el discurso del candidato.  

En política nada es peor que la ignorancia de los medios y al no estar Feijóo en la tribuna de oradores la moción es, de entrada, incómoda para los populares. Los milagros no existen y Vox vive un momento difícil, solo la prepotencia, la condescendencia o los errores de los demás pueden dar aire el próximo martes a Santi Abascal. El líder de Vox es un buen orador y en la anterior moción tuvo momentos brillantes, en especial cuando hablo de política antiterrorista. Los miles de candidatos de Vox a municipios y comunidades en toda España contienen la respiración y cierran los ojos como los niños que huyen de la realidad.