Tirarse por el barranco
Con su comparecencia en el Congreso a tenor de los indultos, el asesor de Pedro Sánchez, Iván Redondo, se ha tirado por el barranco junto a su líder y asesorado, el Presidente Pedro Sánchez
Iván Redondo compareció en el Congreso y confundió los papeles. No fue allí como spin doctor de Pedro Sánchez sino como alto cargo del Gobierno de España. En su intervención rememoro el guión de la mítica serie “El Ala Oeste de la Casa Blanca” y dijo que se tiraría por un barranco por Pedro Sánchez.
Analizar el papel de los gurús y asesores está de moda. Se dice que Boris Johnson no sería nada sin Cummings que hoy es su archienemigo. Bush Jr. se considera que llego a la presidencia de la mano de Karl Rove. Bannon fue el estratega de Trump. Redondo es el hombre de Sánchez. Aznar y Rajoy consultaban cada paso a dar a Pedro Arriola. Miguel Angel Rodríguez está detrás de la ayusomanía.
Es impropio de alguien tan avezado a la comunicación una intervención tan desacertada como la de Iván Redondo esta semana en el Congreso. Lucir poder, hacer alarde de la influencia es siempre un error porque ensombrece al líder y le presenta como un monigote. Además la promesa de Redondo de despeñarse por Sánchez es baladí, por que quiera el asesor o no, si hay que sacrificarlo en el altar de la estabilidad del gobierno, su cuello durará pegado al tronco pocos segundos.
Hay dos tipos de políticos asesorados: en primer lugar, están aquellos que tienen ideas propias y el asesor debe guiar y ordenar dichas ideas con el fin de que puedan “venderse” a la opinión pública de forma secuencial y lógica contribuyendo así a crear un relato y una imagen del líder y su acción política y los políticos asesorados que no tienen ninguna idea en cabeza y siempre están girándose hacia su asesor preguntado: “¿Y ahora qué?”. Los primeros son infinitamente más interesantes y agradecidos para trabajar que los segundos.
¿En cual de las dos categorías es ubicable Sánchez?
Sánchez es un político del primer tipo, de los que sabe lo que quiere: mantener el poder a toda costa, sus decisiones tienen siempre el mismo objetivo. Es bueno que un político tenga claro que quiere y cuales son sus objetivos. El problema es que lo que es legítimo en la vida privada no lo es en el servicio público y el Gobierno. Además de querer, legítimamente, conservar el poder, debes tener otros objetivos en búsqueda del bien común.
Demasiados Sánchez para un asesor
Sánchez es un transformes sin principios, solo tiene intereses, o mejor dicho, un único interés: la permanencia en el poder hasta diciembre de 2023.
Hay un Sánchez que se presenta a las elecciones con un videoworld de fondo con la bandera de España, ideado por cierto por otra brillante asesora, Verónica Fumanal, y hay un Sánchez que lamenta el dolor de los etarras. Hay un Sánchez que apoya al Gobierno Rajoy para aplicar el 155 y hay otro Sánchez que habla de “revancha y venganza” refiriéndose al Juicio del Proces y a la sentencia del Tribunal Supremo. Hay un Sánchez que pacta con Rivera y otro que pacta con Iglesias. Hay tantos Sánchez como sea necesario para prolongar su gobierno, que empezó en julio de 2018 todo el tiempo que sea posible.
El papel de Iván Redondo sería el de dotar de coherencia a tanta incoherencia. Redondo, o mejor dicho Sánchez, utilizan demasiado combustible para la consecución de su único objetivo. Primero capitidisminuyeron a su partido, ahora están haciendo algo peor, con la concesión del indulto a los políticos condenados por sedición y malversación debilitan al Estado y a sus instituciones al hablar de venganza y revancha y al ofrecer un triunfo argumental al independentismo.
Porque lo que si sabe y, en ocasiones, hace bien Iván Redondo es trabajar el relato que acompaña las decisiones de su líder. En el caso de los indultos, Iván Redondo no se ha tirado por el barranco por Pedro Sánchez, sino que los dos lo han hecho de la mano.