Tiempos de cambios

El Presidente del Gobierno desmiente los rumores sobre un rescate de la economía española, provocando la risa a la audiencia asistente a la rueda de prensa en su magistral disertación, que provoca un aumento de desconcierto e incertidumbre.

Esto pasa después de la presentación por parte del Gobierno de Madrid de los nuevos presupuestos de austeridad (la austeridad que se ha instalado y no quiere marcharse), y de que el Comisario Europeo de Economía, Olli Rehn, que conocía su contenido, diera su respaldo a la austeridad diciendo: «el amplio plan de reformas presentado hoy por las autoridades españolas es un paso importante en la ampliación y profundización de las reformas estructurales y se suma a los importantes adelantos realizados hasta ahora». La reacción tímida de los mercados (la Bolsa y la prima de riesgo) acompaña al pesimismo natural de la austeridad.

¿Es consciente el Gobierno de que estamos abocados a un tiempo de cambios y de rotura social de difícil regreso? Las imágenes de las protestas de Madrid (sin efectos políticos a la vista de la presentación de los presupuestos), muestran al mundo esta rotura.

Incluso, en el debate entre los dos candidatos a la presidencia de los Estados Unidos se utiliza España como ejemplo de las cosas que no se tienen que hacer. La comunicación funciona mejor con imágenes de los desastres, como ya saben los medios y lo explicamos en las clases de marketing.

Mientras tanto en Portugal el Gobierno rectifica momentáneamente por el miedo a la rotura social y rectifica en la bajada de salarios generalizada vía un aumento de las cotizaciones de la Seguridad Social que ya había aprobado, pero rápidamente anuncia otro golpe, una subida generalizada de impuestos a l que ya han reaccionado los sindicatos  con la convocatoria de una movilización masiva el prósimo 14 de noviembre.

En Grecia continúan las protestas contra un Gobierno que sólo podrá acabar con la situación consiguiendo una quita de la deuda cuyo pago resulta imposible.

En Catalunya la rotura social ha encontrado en la reivindicación de la independencia una salida, que se suma a los anhelos patrióticos y de discriminación territorial histórica.

La economía actual está dominada por los excesos de las fuentes de dinero abundoso que buscaban legítimas retribuciones en sus inversiones y se pudieron proteger contra el riesgo, utilizando el entramado complejo del sistema financiero. En España teníamos en las cajas el máximo exponente para diluir el riesgo que nos ha traído a la situación de deuda privada y público de difícil solución.

La presión de los vencimientos en las tesorerías de las administraciones preocupa a los políticos y se muestra en toda su magnitud en los presupuestos del próximo año, donde el pago de la deuda es la única partida que aumenta.

Y no habrá suficiente. Hace falta una quita. No se puede obtener un rendimiento en la inversión que se ha hecho en unos activos que han perdido el valor que tenían, a cargo del contribuyente y de los recortes sociales. Por mucho que el acreedor esté en el norte de Europa, por mucho que el entramado financiero sirva de cobertura para escaparse del riesgo. La activación de medidas fiscales y monetarias que incentiven la recuperación de la actividad económica y resulte un crecimiento también forman parte de la única solución. No se tiene que proteger (como lo hace el BCE) sólo a la inflación por mantener el euro. Hace falta que las economías del euro funcionen y se respeten en negociaciones de resultados equilibrados y no que promuevan más desigualdades. El rescate resolverá situaciones a corto plazo a cambio de empeorar las condiciones de la recuperación.

La eficiencia y competitividad son asignaturas importantes que piden la colaboración empresarial, economías de escalera y dimensión. Somos buenos exportando en muchos sectores (alimentación, moda, biotech, electrónica de consumo y videojuegos, energías renovables,… ) y esto «nos salva» un poco. Pero no es suficiente. Los gobiernos tienen que actuar en materia económica y abandonar la política de recortes que nunca podrá resolver la salida de la crisis y que tienen un impacto social muy cerca de la rotura. ¡Reivindico volver a la ilusión!

…. mientras tanto mi amigo de Madrid me envía e-mails mostrándome cómo allí «se ha desatado la veda», con ejemplos anticatalanistas que no hay que reproducir….