Thelma Puigdemont y Louise Junqueras
Como en Thema y Louise, Puigdemont y Junqueras conducen hacia un precipicio tras comprar toda la hoja de ruta que ha preparado la CUP
La Sociedad catalana mira la situación política con ojos atónitos y de incredulidad al comprobar que el bloque secesionista ha comprado todo el Pack que vendía la CUP, es decir, desobediencia, unilateralidad e independencia express.
El camino hacia la República se ha convertido en un culebrón de telenovela. Primero escribo una ley de transitoriedad pero en secreto, no sea que alguien pueda tener un disgusto o que el Tribunal Constitucional actúe. Segundo escribo una ley de referéndum pero tampoco la explico. Y tercero voy a convertir la noticia de “ha nacido una ley” en fenómeno mediático. Rueda de prensa. Presentación en el Teatre Nacional, lugar perfecto para actuar.
Y nos enteramos que la famosa ley del Referéndum es en el fondo una parte de la ley electoral que no existe en Cataluña y que necesita 90 diputados para su aprobación. Interesante cuando la mayoría parlamentaria independentista pretende, además, votar la susodicha ley en lectura única y sin el debate pertinente debido a la oposición en una tramitación normal. Suerte que el bloque secesionista es el garante de la democracia en Cataluña.
El bloque secesionista ha comprado todo el paquete que vendía la CUP
Pero la CUP ha forzado aún más la máquina, mostrando y demostrando la certeza de lo que se denomina voto de chantaje. Chantaje es la palabra que mejor define la actuación de la CUP desde 2015. Sólo hace falta preguntarle a Artur Mas sobre el tema. Y a partir de esa fecha los 10 diputados se han convertido en el gobierno de facto.
La CUP ha obligado a presentar la famosa ley clandestina sobre la transición hacia la República. El diseño de la norma es muy preocupante. Es excepcional dicen hasta la nueva constitución. Pero la ley dice lo que dice en 89 artículos. Los “demócratas” del bloque secesionista dibujan una futura Cataluña republicana sin división de poderes, un Estado de derecho renqueante y esa visión del paraíso danés tienen demasiados aromas de Europa del este.
Otro elemento que debería preocuparnos, si se celebra el referéndum, consulta, proceso participativo, o como se llame, es la idea que tiene el bloque separatista sobre la materia. Será vinculante. Pase lo que pase se aplicará el resultado. No hay un mínimo de participación. El argumento es que todos tendremos la posibilidad de participar y si no quieres, pues atente a las consecuencias. Conclusión: va a ganar el Sí, con una baja participación y será vinculante, es decir que el 3 de octubre se proclamará la República.
La pregunta inocente es ¿se puede aprobar una ley el 6 de setiembre y empezar la campaña el 15? La logística de entrada es un problema, salvo que las urnas, el censo, la Sindicatura electoral y las 70 mil cartas para proveer las mesas estén saliendo a velocidad de la luz el 7 antes del bloqueo del Tribunal Constitucional. O no. Algún dirigente del bloque secesionista ha dicho que no piensan obedecer al Tribunal Constitucional. Desobediencia.
Lo peor de todo es que Thelma Puigdemont y Louise Junqueras no van solos en su coche
¿Y las garantías democráticas de los ciudadanos en este asunto? No es importante. La República está por encima de todo. El futuro republicano permitirá recomponer el sistema político en su justa medida. Cierto. Sobre todo si la futura Constitución se elabora a través de un proceso participativo asambleario. Curiosamente como se organiza la CUP, Omnium y la ANC. Interesante.
Sin olvidarnos que los independentistas quieren y buscan el choque de trenes, y cuanto más violento mejor, con el Gobierno del PP. Pero, la verdad es que no habrá choque de trenes.
La situación en Cataluña después del 6 de septiembre, recuerda y mucho el final de una película titulada Thelma y Louise, una road movie que acaba con las dos protagonistas lanzando su coche a un precipicio. Thelma Puigdemont y Louise Junqueras están camino del precipicio, la pena y el problema es que en el coche viajamos todos.