Temporada 12, capítulo 165: ¿Puigdemont eurodiputado?
Sobre sus espaldas se soportan las últimas brasas de los incendios políticos de 2017 y sólo él puede activar una nueva mecha que alcance a agitar la calle
Hemos recordado en esta serie de artículos de lunes que el procés como fenómeno político esta en una vía bien muerta, lo que no significa que el independentismo haya desaparecido de Cataluña. Este es un elemento significativo para los que desde Madrid se pavonean que acabaron con ellos. Sería un gran error asumir esa idea.
La idea de independencia de Cataluña está y permanecerá siempre. Como ya hemos analizado también en más de una ocasión, la cuestión es cómo modular las relaciones políticas entre en Estado y la región. Así debemos acostumbrarnos que el independentismo sea aceptado por muchos o por menos.
En este orden de cosas es evidente que en este momento quien gobierna la Generalitat ha optado por una vía posibilista, también podemos denominarla pragmática, de relación con el Gobierno que ofrece un espacio de supuesto diálogo que saltará por los aires en el momento que al independentismo en general, o en este caso a una parte del independentismo, dejen de ofrecerle espacios de poder las mayorías parlamentarias.
Puigdemont, el protagonista de la historia
Hecha la fotografía general existen oportunidades para que este estado de tranquilidad de la calle, tan sano desde un punto de vista mental para los que vivimos en Cataluña, salte por los aires. Es sencillo, aunque sinceramente no creo que el protagonista de esta historia esté dispuesto a asumir la aventura. Se trata de Carles Puigdemont. Sobre sus espaldas se soportan las últimas brasas de los incendios políticos de 2017 y sólo él puede activar una nueva mecha que alcance a agitar la calle.
Este mes de noviembre tiene una trascendencia fundamental para saber cuáles serán los próximos acontecimiento que en Cataluña se mantienen vivos y en la política de Madrid, olvidados.
El Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) debe pronunciarse los próximos 24 y 25 de noviembre sobre las demandas interpuestas contra el Parlamento Europeo por su decisión de aceptar el suplicatorio presentado por el Tribunal Supremo, o sea Pablo Llanera, que logró levantar la inmunidad de Puigdemont.
Para los que se hayan perdido las temporadas 6 y 7 de este largo serial ya no sabrán donde nos encontramos. Da igual. Una decisión u otra dará la posibilidad a cientos titulares bien construidos que digan lo que han decidido o, todo lo contrario.
Todo eso sin olvidar que la semana pasada la Junta Electoral Central (JEC) respondía a una misiva de la presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola, sobre la condición de Puigdemont, donde le exponía de forma bien clara que el candidato no había cumplido con la norma obligatoria de acatar la Constitución de forma presencial y que, por lo tanto, para España no era formalmente eurodiputado.
Esta segunda circunstancia no tiene una fecha en el tiempo y, con la muestra de lentitud que ofrecen sus servicios jurídicos, es difícil saber cuándo la Eurocámara se pronunciará.
EL TGUE puede decidir que Puigdemont vuelva a Cataluña
Pero la primera es más delicada. La decisión de TGUE puede decidir que Puigdemont vuelva de inmediato a Cataluña o no. Pero vayamos por partes, y no sólo en la vertiente política, sino también personal. El que fue president de la Generalitat huyó por una decidida opinión personal que no soportaría un paso por una prisión.
Su vuelta, de entrada, supondría la inmediata detención ya que es un fugado. Después, los recovecos de la justicia son inescrutables, como bien sabemos en los últimos cinco años, y no olvidemos que es un eurodiputado. ¡O no!, si la Eurocámara hace caso a la JEC.
En todo caso, una vuelta del político supondría una agitación inmediata de la calle. En estos momentos sólo un personaje puede lograr ese tipo de acción. Y ya saben su nombre. Así que habrá que estar atentos a los acontecimientos de las próximas semanas. Cómo se moverá la defensa de Puigdemont, representado por el abogado Gonzalo Boye, como se activará el Supremo y la política europea, que ellos sí siguen mirando de reojo la política en Cataluña. Más que en Madrid. Razón por la cual esto será una serie con infinitas temporadas y millones de capítulos con nuevas aventuras de los fugados. ¡Palomitas!