Teixidó desmonta el proyecto de centro independentista de Artur Mas
Lecciones de centro político en la Rue de l'Odeon barcelonesa
¿Se puede ser de centro, como Ciudadanos, e independentista a la vez? Antoni Fernández Teixidó, ex diputado y ex consejero de CiU desmontó este jueves el proyecto de partido de centro en que quiere refundar Artur Mas la nueva Convergència. Teixidó participó en un debate sobre el centro político protagonizado por Iñaki Ellakuría, autor de Alternativa naranja, un libro sobre la creación y trayectoria del partido de Albert Rivera. Para Teixidó «no se puede abarcarlo todo sin definirse desde el punto de vista ideológico», en referencia a los partidos atrapa-todo, algo que sí logró la Convergència de Jordi Pujol. Eran otros tiempos. Es lo que intenta, a su juicio, Artur Mas.
La agitación aísla. Sin pasar por la disputa de los principios, entraremos en la disputa de los intereses. En Alternativa naranja (Debate) Iñaki Ellakuría analiza la creación de Ciudadanos planteándose la idea de centro político. ¿Sobreviven los pactos transversales o seguiremos atentos a los pactos entre homólogos?, se pregunta el director de Economía Digital, Manel Manchón.
El editor Félix Riera sirvió de colofón riguroso a una reunión en la que el último en llegar fue Francesc de Carreras, el autor intelectual de Ciudadanos, pese que tantas veces el padre de la criatura y su producto se han visto obligados a retocar su alianza germinal. Todos en una mesa, auspiciada por Economía Digital, con un centro de mesa creado por Montse Serrano, la patrona de la Librería Bernat de Barcelona, nuestra Rue de l’Odeon.
Espacio de centro
En todas las encuestas del CIS, la mayoría de los ciudadanos se ubica en el centro-izquierda. Existe la posibilidad de estructurar un espacio de centro en el país en el que la mayoría se escora a la izquierda aunque luego los resultados no lo confirman y alargan el llamado voto mineral de la derecha, toutte court, el PP.
Si en algún país importan las ideologías éste es España. Los ciudadanos son de izquierdas o de derechas; está muy vivo. «Protégete de lo que deseas», ha escrito Carrie Brownstein; es difícil alcanzar acuerdos cuando uno se ha comportado como un partisano.
Eje de la España de las ciudades
Riera lleva la sustancia del Estado a la confrontación entre la España de las ciudades frente a la España del centro. Barcelona, Bilbao, Valencia, Sevilla o la Madrid metropolitana defenderán la ciudadanía frente a la exigencia economicista de Bruselas o de su correlato español, La Moncloa.
El editor lo magnifica así: Ciudadanos será el eje de la España de las ciudades y esta batalla supera en motivación a la disputa soberanista y sus tensiones sobre el modelo de Estado. ¿Podrá la postmodernidad estética de la política con las ideologías profundas de la derecha (PP) y la izquierda (Podemos)?
El diálogo ya no es ornamental. El 26J el diálogo será consustancial. El El dominio de la campaña sobre el Gobierno – en palabras de Amy Gutmann y Dennis Thompson (Why Deiberative Domocracy?)- es una de las cosas que se están terminando. Ciudadanos ha roto con los antagonismos replicantes o la opinión que los otros tienen de mí como algo fundamental. ¿Existe el centro político? Repregunta el constitucionalista Francesc de Carreras quién no se olvida de calificar Alternativa naranja, como el «mejor libro de los que se han escrito sobre Ciudadanos».
Podemos, sin principios propios
«El centro no me gusta», exclama Carreras a modo de experimento, ante un auditorio sensorial, sesgado a la entrega, como solía decir en la librería Shakespeare and Company inspirada por Gertrud Stein en l’Odeon. Ha pasado un siglo, pero las cosas no han cambiado: en el mercado genérico de la política, hay conservadores, liberales y socialdemócratas, y finalmente populistas, dividido en tres: «antieuropa, anti-inmigración y frente al populismo al estilo Podemos».
El partido de Pablo Iglesias funciona «sin principios propios». ¿Qué dice Podemos? «Lo que quiere la gente», remata Carreras. Lo han practicado los peronistas en Argentina, por el lado Menem o por el lado Kirchner; es decir, por el lado thatcherista o por el keynesiano.
La justificación politológica de Ciudadanos correspondía a Carreras y no decepcionó: defendió el liberalismo social de Luis Garicano (el profesor de la London, economista orgánico en el partido de Albert Rivera). «Ciudadanos es un partido federalista» afirmó Carreras, un aserto que hoy asombraría al mismísimo Rivera, recentralizador de segundo turno. «Un federalismo al estilo alemán, al menos en los comienzos» (matizó el profesor) como se ve en su propuesta de «refundación del Senado» y en su abordaje del nuevo pacto territorial.
El centro, una conquista liberal
El espacio de centro es una conquista liberal. Y un partido liberal no será nunca un partido nacionalista; el liberalismo se centra en la persona, no en el territorio; no en las identidades colectivas sino en las identidades de los derechos individuales. «Ciudadanos se da cuenta de que si quiere jugar un papel en España, debe rectificar su papel en Cataluña», afirma Ellakuría. Dicho en palabras de Manchón: «la proyección española actual de Ciudadanos condiciona su papel en Cataluña».
«Ciudadanos nunca fue, en su etapa fundacional, anti-catalán, ni anti estado de las autonomías», rebobina Carreras. ¿Quién le devolverá su mirada en el espejo? Albert Rivera, Carlos Carrizosa o Inés Arrimadas.