Superdomingo de Le Pen, ERC y Podemos

El PP de Rajoy se salva del desgaste de la crisis, ERC rebasa los votos de CiU y el izquierdismo radical de Podemos entra en escena, aunque resulta exagerado el anuncio de la muerte del bipartidismo. Era la séptima convocatoria europea para España. Pero lo de relevancia inmediata es, a pesar de la crisis y el paro, la ventaja del centro-derecha sobre el centro-izquierda en el nuevo Parlamento Europeo.

El Parlamento Europeo aparece más fragmentado, aunque no con fractura de pronóstico reservado, después del superdomingo que concluyó un proceso electoral de cuatro jornadas. Con grandes desigualdades, la participación he dejado de menguar, como veía haciendo desde las primeras elecciones.

En España será de interés ver cómo se ha distribuido ese casi millón de nuevos votantes, por mayoría de edad. Es incierto que esté emergiendo un voto transnacional, lo que ocurre es que el euro y los rigores de la políticas de austeridad han hecho que se dé una cierta clave europea en la medida en que la austeridad se atribuye a Bruselas. Pero en general, los votos han sido en clave nacional, como de costumbre.

Para la Europa que avanzó no pocos pasos de la mano del eje franco-alemán, los resultados de Francia son un desastre. Marine Le Pen arrebata del todo los votos que en su día le tomó prestados Sarkozy y aun así la UPM –miembro del PPE– queda en segundo lugar, mientras el socialismo en el poder sigue en caída libre. En Alemania, Angela Merkel conserva el primer puesto, la socialdemocracia sube unos siete puntos y entra en escena el partido radical euroescéptico, el AfD.

 
Un plato fuerte será la consolidación de la salida de la crisis, con el creciente desencuentro entra la Comisión y el Consejo Europeo

En el Reino Unido los avances del partido euroescéptico de Farage añaden truculencia a la opción del referéndum sobre Europa anunciado por David Cameron. En Grecia la izquierda radical de Tsira ha sido el partido más votado, como protesta contra los rigores de la troika comunitaria.

En una panorámica de urgencia, la oposición socialdemócrata gana en Lisboa, y lo mismo ocurre en Suecia. En Austria gana la democracia cristiana y sube la ultraderecha. La oposición conservadora gana en Bulgaria. En Eslovenia también ganan los conservadores y también en Chipre. En Malta la ventaja es para los laboristas. En Finlandia, para los conservadores. Los liberales ganan en Polonia. El centro-izquierda en Rumania. El gobierno de Renzi gana en Italia.

El nuevo parlamento se reúne por primera vez a inicios de julio y su primera votación será para elegir al nuevo presidente de la Comisión, previsiblemente o bien el socialdemócrata Schulz o Juncker, el candidato del PPE. Puede darse el laberinto de un empate. ¿Un Comisión Europea de coalición?

A continuación, uno de los platos fuertes es el acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos y la UE, con un mercado de 800 millones de ciudadanos, aunque sectores del establishment europeo recelan de ese proyecto. Otro plato fuerte será la consolidación de la salida de la crisis, con el creciente desencuentro entra la Comisión y el Consejo Europeo. Sí, ayer fue Superdomingo