Suena el runrún

La canción que cantan a dúo los Estopa y Rosario Flores empieza con una estrofa fatalista: “Suena el runrún de mi mundo marrón/ doble ración de realidad común/ desde un rincón… de mi habitación/ primera fila solo para mi.” Suerte que Rosario le pone un poco de esperanza en la estrofa siguiente porque sino el hastío podría paralizar al muchacho que espera quitarse el gusanillo amoroso.

En política los amores y los flirteos casi siempre son fingidos. A todo los políticos les gusta que se escuche bien el runrún del universo que quieren vender al ciudadano. Lo intentan, como es natural, por todos los medios. Nada que decir, hasta que la ficción se destapa y todo el mundo se entera de que las azucaradas palabras eran una simple estratagema para llevarnos al huerto. Pero a menudo ocurre lo contrario. El runrún de los políticos se vuelve amenazante.

Esto es lo que precisamente está pasando con el tema de la posible independencia de Catalunya y su expulsión de Europa. Los unionistas españoles celebran cualquier declaración que apunte en ese sentido. La celebran con tanta pasión que al final uno no sabe si son europeístas o euroescépticos. Porqué, vamos a ver, ¿es que alguien con un poco de amor a Europa y a sus instituciones puede querer que se expulse, llegado el caso, a Catalunya de la UE simplemente por despecho?

Ese despecho amoroso que envenena la sangre de los unionistas, incluyendo al sector catalán del mismo, cada día más activo, no tiene ningún sentido. Enarbola una bandera más negra y más pirata que la de la amante que quiere trepar por las caderas de su amado. Es, simplemente, una estupidez. Una advertencia que nadie estaría en condiciones de repetir si en un momento dado se produjese de verdad la separación de Catalunya de España. Entonces el runrún sonaría de otra manera, porque por encima de todo la política es pragmática. La Realpolitik comunitaria llena los vacíos políticos (que pueden ser jurídicos) con sentido común.

Estamos pues en una fase de intimidación. De tanteo, si se quiere ser políticamente correcto. El CATN presenta un informe donde se plantea que la UE puede adoptar diferentes actitudes ante una eventual Catalunya independiente, y los unionistas corren a buscar un político europeo (el último, el portavoz de la Comisión, Alejandro Ulzurrun de Asanza y Muñoz) que ratifique esa peculiar doctrina antieuropea que se les ha incrustado en la piel y que consiste en expulsar a todo quisque. Se dice que una Catalunya independiente estaría condenada a los infiernos y muchos catalanes se empiezan a preguntar que, si tanta es la molestia, ¿para qué quedar bien con un club que no les admite? La UE debería andarse con ojo, pues tanta animadversión contra un proceso de autodeterminación escrupulosamente democrático podría provocar un rechazo entre los catalanes que a lo mejor no le saldría gratis. De verdad que cansa este tema. Lo dicho: a muchos catalanes les empieza a importar un cuerno que Europa les quiera o no, porque lo que quieren es votar.

La vida cambia y los antes eran pro-europeos a pies juntillas puede que sólo les quede cantar a coro con los hermanos Muñoz y Rosario el final de su pegadiza canción:

ESTOPA:
A mi me suena el runrún…
Que a mi me suena el runrún

ROSARIO:
De mi corazón

ESTOPA:
Suena el runrún

ROSARIO:
Y de mi mundo interior

ESTOPA:
A mi me suena el runrún

ROSARIO:
A ti te suena el runrún

Que ustedes lo pasen bien este fin de semana largo y que también les suene el runrún de un mundo menos tétrico de como los pintan algunos. Además, las cosas nunca son lo que parecen. Ya lo dijo el gran barbudo que hablaba de un fantasma que recorría el mundo: todo lo sólido se desvanece en el aire.